Entonces, ¿Me Quieres?

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Min Yoongi volvió a casa con la cabeza gacha y su cabeza hecha un torbellino. ¿"Sólo le hará caso a usted"? ¿Eso qué significa?

El alfa se dio una ducha y reflexiono en el omega: Kim Taehyung jamás fallaba una intuición. Jamás. Ya habían tenido suficientes situaciones para comprobarlo. Algo curioso que se había formado entre Jeon Jungkook y el omega, era que estos parecían ser destinados. Esta teoría la había comenzado a comprobar Jimin pero ahora Min Yoongi estaba continuando con la investigación.

Algo que ambos amigos habían puesto en práctica y que había dado resultado era que podían sentir los sentimientos del otro. Si el otro estaba feliz o triste, si algo le afectaba o no, si se encontraban bien o mal. Park Jimin y Min Yoongi habían logrado comprobar aquella teoría por medio de mensajes, por ejemplo, la vez que Min Yoongi, Park Jimin y Jeon Jungkook estaban jugando videojuegos en casa de Min. En un momento determinado, Jungkook comenzo a sentir mucho calor, creyó que era un celo pero no tenía sentido, aun no correspondía ni por asomo, luego tuvo cambios de humor de la risa al llanto extremo y mientras Yoongi intentaba hacer que este estuviera tranquilo, en el teléfono de Jimin habían caido unos mensajes de Kim Taehyung anunciandole que no se sentía muy bien y que fuera a socorrerle pronto.

Tan pronto como llego a su casa, Taehyung le recibió con los mismos síntomas que Jungkook, la única diferencia era que Kim si presentaba su celo.
La situación se volvió a repetir en otras ocasiones con cosas más leves y normales como un pesar al unisono, o una alegría que les llenaba el corazón pero ambos lo sentían.

Reflexionando en esto, Min Yoongi volvio a la idea de ser el predestinado de Park Jimin. Había dejado de tener esta idea, había renunciado casi por completo a serlo pero quizo darse el lujo de poder comprobar los sentimientos de Jimin para saber si lo que decía Kim era cierto.

Y ahí, bajo el agua que caía a borbotones por minutos, con sus ojos cerrados y su lobo y mente conectados, Min Yoongi sintió una horrible angustia. Algo le estrujo el corazón sin piedad y le hizo llorar. Él nunca lloraba. Min Yoongi jamás derramaba una sola lágrima y sin embargo, el dolor y angustia era tan grande que le sacaba lágrimas como si fuera un cachorro.

Esto lo asusto.

Yoongi salió de la ducha confundido y aun levemente llorando. ¿Qué estaba pasando? Se vistió con rapidez dispuesto a buscar al beta cuando una llamada logro hacer vibrar su teléfono.

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Afuera la lluvia caía torrencial. Un chico de cabellera rosa corría como si su vida se fuera a acabar mientras luchaba contra su vista borrosa por sus lágrimas y la lluvia.

No sabía a dónde ir, su vida se le iba de las manos y no tenía a nadie a quien pedir ayuda.
Sus rápidos pies lo guiaron con facilidad al centro de la ciudad, extrañamente vacío, y sus pies se detuvieron tambaleante en frente de la plaza, el corazon de la cuidad. Apoyo sus manos en sus rodillas y respiro con dificultad mientras aun lloraba. Levanto la vista y frente a él, observo aquella banca de piedra completamente empapada, trayendo a su mente atormentada el recuerdo de alguien que aun no le habia abandonado del todo: era inicios de año, Min Yoongi y Park Jimin resolvieron ir por un helado ya que los días eran calurosos y necesitaban refrescarse. En aquella banca se habian sentado y habian disfrutado de aquel helado mientras mantenian animadas conversaciones y se reian mucho.

Min Yoongi.

Jimin jadeo y maldijo al darse cuenta de que habia dejado su telefono en casa, todo había sucedido tan rápido... Su mente se ilumino al recordar una vieja cabina telefonica que aun funcionaba y que no estaba lejos de su posición. Corrio en su dirección con todas sus fuerzas, si Min Yoongi lo rechazaba, toda esperanza ya estaba muerta.
Entro en la cabina sin esfuerzo, introdujo un par de monedas y cogiendo el teléfono, marco el número con rapidez, rogando a la madre luna que la única persona en el mundo que podía contestarle, lo hiciera.