Entonces, ¿Me Quieres?

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Al despertar, el alfa se sintio desorientado de su posición actual. Se desperto abrazando aun la delgada figura de Park Jimin, ligeramente acalorado y con la sensación de haber dormido mil años. Con mucho cuidado se levanto de la cama, no queriendo despertar al beta que al parecer dormia como si no lo hubiera hecho en noches. Salio de la habitación y bajo las escaleras con ciudado, encontrando a su madre en la planta baja, tomando las tazas vacias que ambos habian dejado con anterioridad sobre la mesa de madera y yendo a lavarlas. 

El alfa se acerco a ella con rapidez, le arrobato las tazas con suavidad y las lavo inmediatamente bajo la mirada atenta, dudosa y en busca de una buena explicación de su madre alfa.

--Jimin vino a casa. --Señalo tomando la segunda taza y pasandole la esponja llena de jabon. --Se quedara a dormir. --Acoto con un ligero nudo en la garganta por la saliva acumulada, temiendo la reacción de su madre.

--Eso fue lo que vi. --Gruño. Min Yoongi trago fuerte.

Mientras ambos lobos dormian, la madre del alfa habia llegado a casa encontrandola vacia pero con dos tazas de té sobre la mesa. Arqueo una ceja ante ello y levanto una de las tazas percibiendo un aroma dulce que ella conocia bien: Park Jimin. Sus sentidos se pusieron en alerta y subio a la habitación de su hijo, encontrandose con tal espectaculo. Sus bellos se erizaron y su aroma fuerte comenzo a marcar territorio sin medir la fuerza con la que lo hacia. Se encerro en su habitación meditando fuertemente en lo que estaba pasando. Resolvio por llamar al padre omega del beta para solucionar este conflicto pero su llamada cayo en un fuerte rebote de silencio al no recibir respuesta. La alfa suspiro tratando de encontrar paciencia y se resigno a esperar que uno de los dos lobos despertara para arreglar este mal entendido si es que eso era. Rogaba con todas sus fuerzas que ese lobo fuera Park Jimin para echarle de su casa lo más pronto posible. Sin embargo, fue su hijo quien desperto y se encontro con ella.

--Los padres de Jimin estan separandose. --Espeto Yoongi dejando su actividad y de espaldas a su madre.

La expresión de ella se apaciguo por completo y su aroma intenso se interrumpio de pronto.

--¿Cómo? --Pregunto atónita.

--Sus padres estan divorciandose. --Repitio su hijo volteandose a ella, mostrandose fastidiado por tener que repitir algo tan desagradable.

--Pero... 

--Es por eso que Jimin se encuentra aquí. --Interrumpio Min. --No sabia dónde ir.

--Con su alfa, es claro a dónde tenia que ir y a quién recurrir, no a ti. --Ataco tajante su madre, ya recuperada de su asombro inicial.

--Su alfa lo boto, mamá. --Gruño Min a su madre molesto aunque era una mentira.

--Pero la marca sigue en su cuello. --Señalo ella levantando una mirada de advertencia a su hijo, creyendo tener la última palabra.

--Es verdad, pero eso no quiere decir que aun sea su dueño.

--Eso significa precisamente, que aun es su dueño. Tú no tienes derecho a interferir en su vida como algo más que su amigo, Yoongi. Mientras Park Jimin siga teniendo esa marca alrededor de su cuello, tú no puedes ser nadie, ni aunque fuera tu destinado.

--"Destinados, destinados..." ¡Ya estoy arto de eso! Los destinados sólo le hacen daño a los demás. Y precisamente, madre, aunque Jimin siga con la marca en su cuello, yo soy su amigo y tengo que quedarme a su lado.

--¿Despues del daño que te ha hecho? --Pregunto su madre con una risa nazal. --No sé si enorgullecerme de tener un hijo con alma noble o aborrecerte por tener un hijo imbécil. ¡No dejare que ese beta te vuelva a hacer daño!

--¡La culpa no fue suya, mamá! ¡Nadie elige a quién amar! ¡Yo no elegi amarlo ni él tampoco eligio amar a Hoseok! Las cosas sólo pasaron. Jimin es lo mejor que me ha pasado, lo demás sólo fue una consecuencia de la elección de tenerlo en mi vida. ¿No te gusta que tu hijo sea el mejor de la clase? ¿No te gusta que tu hijo sea el nuevo lider del equipo? ¡¿No te gusta que tu hijo sea un alfa de renombre?!

Min Yoongi estaba cansado de la actitud de su madre con respecto al beta. Ella no hacia más que verlo como un enemigo.

--Nadie quiere un chicle masticado, hijo. --Replico la alfa suspirando cansada de tener la misma discusión con su hijo, otra vez.

--Es verdad, pero eso no quiere decir que los chicles masticados no sientan nada al ser maltrados.

La voz de Jimin desde las escaleras estremecio a ambos alfas.