Entonces, ¿Me Quieres?

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--¡¿Hijo?!

Grito Seokjin al sentir el sonido de la puerta cerrarse y un paso andante. Estando en la cocina, algo alejado de la entrada, encontró bien gritarle a su retoño para saber sí era él quién había llegado.

--¡Papá, estoy en casa!

Respondió Jimin desatando sus zapatos dejándolos desordenados junto a su mochila y desanudando el nudo ya molesto de la corbata, el uniforme era molesto a veces.

Se dirigió a dónde su progenitor se encontraba, le saludo de beso y abrazo, y saco un vaso para poder tomar un poco de agua.

Padre e hijo se sumergieron en una conversación trivial, intercambiando información de sus respectivos días y cómo se habían sentido. Jimin realmente se sentía cómodo con su padre omega, le amaba mucho.

--El maestro Namjoon llamo esta tarde.

El beta se tenso pero disimulo mostrándose sorprendido.

--¿En serio? ¿Qué quería?

--Quiere que vaya a hablar con él, dijo que es respecto a tu comportamiento.

SeokJin detuvo en seco su acción. Miro fijamente a su hijo, como buscando alguna respuesta que no estuviera en palabras, algo que se pareciera a la verdad o que lo fuera.

--Dime, hijo, ¿Has descuidado tu comportamiento? ¿Fuiste descortés con él?

La voz suave y tranquila de su padre hizo que se sintiera culpable. Jimin apreto sus dientes y aun fingiendo sorpresa, respondió.

--No que yo sepa.

El señor Kim se quedo pensando. Finalmente, se encogió de hombros soltando un "confío en ti, hijo" y volvió a su trabajo.

Ahora Park Jimin se sentía en verdaderos problemas.

¹⁸

El maestro Kim Namjoon bebió de su taza de café mientras contemplaba el reloj que marcaba 5 minutos para las 10 de la mañana. Esperaba ansioso al padre de su más brillante alumno. No es como que tuviera un interés especial en él, le preocupaba Jimin, el chico no era así y realmente se preguntaba si todo estaba bien.

Tamborileando los dedos sobre el escritorio, sus ojos miraban la naturaleza proyectada a través de la ventana, el verde de los árboles y el pasto, sin dudas el próximo verano sería hermoso.

Su puerta fue tocada con delicadeza pero con firmeza a la vez, carraspeo y su voz gruesa figuro un "entre", mientras tomaba su taza y volvía a beber de ella.
Cuando la manilla fue girada, la cabeza de Kim Seokjin se asomo por ella, provocando que el maestro dejará rápidamente su taza sobre la mesa y se levantará a hacerle una reverencia. El padre de Jimin sonrió e imito la acción del contrario.

Cuando ambos se levantaron y sus ojos hicieron contacto, sintieron algo en su interior que se encendio y pusieron a sus lobos contentos, demasiado para ser tan sólo desconocidos. Por un momento el tiempo se congelo, ambos adultos se miraron largamente y se sonreían como conocidos de toda la vida.

Un impulso enorme de correr hacía los brazos del contrario y desatar un caos pasional los envolvía a ambos. Estaban luchando contra sus lobos por mantener la postura pero ambos sabían algo que no podían creer: acababan de encontrar a su predestinado.