CONCLUSIONES

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Jasper POV

"Jasper, te has golpeado la cabeza, has muerto y ahora te encuentras en el cielo" pensé cuando divisé a la dueña de esos pasos.

Era...la mujer más hermosa que había visto en toda mi vida. Bajita, de tez pálida, buen cuerpo, unos preciosos ojos miel-verdosos y el cabello corto con las puntas en todas las direcciones. Sonreí embobado.

-Hola, soy Jasper Hale... tú debes ser Alice, la hija de los Sres. Brandon, mucho gusto- me presenté extendiéndole mi mano. Me miró dubitativa y se limitó a murmurar:

-Un gusto- bajé mi brazo al darme cuenta que ella no lo aceptaría.

-¿Tienes mi misma edad, cierto?- dije tratando de entablar una conversación. Ella asintió. Sería muy difícil de esa manera- Bueno, iré a acomodar mi dormitorio... nos vemos luego-

Ni bien llegué a mi cuarto, lo primero que hice fue observarme detenidamente la mano. ¿Qué tenia de malo? ¿Acaso no era una mano igual a la de todas las demás personas, con cinco dedos y uñas? Entonces... ¿Por qué no la había aceptado?

Decidí dejar de torturarme con preguntas sin respuesta y me dediqué a ordenar mi habitación. Luego de unas dos horas, la Sra. Brandon me llamó a cenar. Fui a la cocina y la mesa ya estaba servida. Allí se encontraban George, Mary y... ¿Alice donde se encontraba? Me senté en el lugar que me correspondía y no pude evitar preguntar:

-Disculpen, pero... ¿Su hija no cena con nosotros?

-Oh no, está estudiando de un cuarto, dijo que cenaba allí- respondió tranquilamente la dueña de casa. Asentí y me limité a degustar la exquisita comida.

La cena transcurrió normalmente. Me ofrecí a lavar los platos y acomodarlos ya que no había ayudado en nada. Aunque al principio se negaron, luego terminaron aceptando.

Una vez finalizada mi tarea, decidí ir a acostarme temprano ya que, al día siguiente, debía madrugar para comenzar el colegio. Cuando estaba por ingresar a mi cuarto, me giré y observé que la habitación de Alice quedaba en frente a la mía. Bajé mi vista y noté que allí estaba la bandeja con comida intacta. "Que raro" pensé.

No quería entrometerme, sabía que no era asunto mío, pero mi cuerpo no obedecía y actuaba por sí solo. Cuando me quise dar cuenta, allí estaba: con la bandeja en una mano y golpeando la puerta con la otra. No recibí respuesta del otro lado. Golpeé una vez más, y nada. Sin pensarlo, estaba abriendo la puerta delicadamente. Asomé la cabeza y ahí la vi: sentada en una silla mirando por la ventana.

-Alice y-yo...

-¿Qué haces aquí? No quiero que me molesten- dijo fríamente. Volteó y pude ver que tenía el maquillaje corrido y la nariz roja. ¿Había estado llorando? "Si Jasper, que pregunta estupida" contesté para mi mismo.

-Yy-o... vine a traerte la cena.

-No tengo hambre- respondió en el mismo tono y se sentó en su cama.

-No quiero entrometerme pero-

-Entonces no lo hagas- interrumpió automáticamente- Llévate eso, no voy a cenar... y otra cosa: si no contesto es porque no quiero que NADIE entre a mi cuarto

-Esta bien, lo siento Alice- dije mientras me retiraba de allí.

"¿Por qué era tan fría? ¿Acaso le había hecho algo sin siquiera enterarme? ¿Dije algo que la molestó? No entiendo nada..." con estos pensamientos finalmente me dormí.

Sonó el despertador a las 6 de la mañana. Me levanté y decidí darme una ducha para despabilarme. Luego de unos 20 minutos, tomé una toalla y la envolví en mi cintura, no sin antes hacerme secado todo el cuerpo. Salí del baño y me encontré con Alice, quien me miraba de arriba abajo asombrada. Cierto, estaba desnudo cubierto solamente por un pedazo de tela.

El intercambio de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora