Podía oír las voces de todos los estudiantes, de todos mis compañeros de clase. Pequeños grupos en el fondo del salón de algunas chicas, sus voces chillonas y risas agudas, así como sus parloteos, referentes a amores o muchachos lindos de la escuela o de las redes sociales, así también muchachos de televisión u actores de múltiples edades, pero atractivos o actores conocidos así como también cantantes y deportistas
cuando sentí un ligero empujó de mi lado izquierdo, al girar la cabeza vi a Jackson. con una sonrisa amplia en su rostro y con un ligero rubor en sus mejillas. al verle de tal forma, no pude evitar sonreír ligeramente. Sus ojos negros, su cabello oscuro undulado se mi largo, que caía levemente sobre su rostro y apenas un poco sobre sus ojos..; ojos que te daban la impresión de ser una mirada inocente, una mirada dulce que no indicaba ninguna malicia o maldad.
—Hoy estas muy hermosa, incluso mas que ayer —. dijo el con aquella bella sonrisa aun en su hermoso rostro; un rostro bello e inocente, mas con aquellos ojos y su mirada, era como ver una hermosa pintura, pero aun había algo debajo de aquel rostro casi angelical e inocente.
reí levemente avergonzada, ante lo que me había dicho. El por su parte se digno por sentarse a mi lado en el asiento libre que había. y de forma furtiva robo un beso de mis labios, tan rápido que apenas pude apartarme o siquiera corresponder; mis mejillas se tiñeron de un rosa pálido casi en un rojo leve, aquel beso me había tomado desprevenida y tan rápido como el se parto de mis labios, lleve mis manos a mí boca cubriendo la con algo de vergüenza.—No puedes hacer eso, estamos en la escuela. niño loco —. dije con una risa vergonzosa. mi corazón aun palpitaba contra mi pecho. mis ojos se dirigieron al rededor para ver si que aquella muestra de afecto no había sido vista por mis compañeros de clase. aquellos que parecían tan normales, como cualquier adolescente pero si sabias miara bien, te darías cuenta que no era así.
—¿Avergonzada? —pregunto el, con una sonrisa burlesca en el rostro y en su tono de voz.
—Oh cállate —le respondí entre una risilla, aun con mis mejillas sonrojadas y con aquella vergüenza a flor de piel. ademas de ser delatada por el cambio de mi voz volviéndose levemente aguda.
—oh, si estas avergonzada. ya estas roja que linda eres sonrojada— dijo el con una risa levemente audible como una ligera carcajada de esas que son divertidas y cómplice de un disfrute al ver algo divertido, pero adorable
—cállate —. le conteste, con una voz casi aguda de la vergüenza y le di ligeros golpes a manos cerradas en el brazo izquierdo, golpes que ni siquiera eran fuertes mas que solo un poco. el solo reía de mis ligeros golpes en su brazo, como si un pequeño niño le estuviera golpeando
mis compañeros de clase seguían con sus murmullos, risas, comentarios y chistes entre sus pequeños grupos repartidos entre el fondo del salón y el intermedio del mismo. aquellas risas seguían incluso cuando la puerta del salón se había abierto y se escuchaba aquel rechinido conocido por el desnivel de la puerta rozando con el suelo de sementó casi áspero, todos creímos que solo se trataba profesor de literatura entrado al salón para dar su clase habitual, lentamente las múltiples voces de todos bajaba su intensidad, pero aun cada uno estaba en lo suyo sin prestar atención a la persona que entro al aula.
cunado un sonido fuerte retumbo en la aula, el sonido fuerte y seco de un golpe contra el escritorio de madera, aquello fue hecho con tal fuerza que un solo golpe basto para llamar la atención de toda la clase y de cada alumno allí presente. al voltearme para ver el motivo del golpe, vi a dos hombres uniformados. Policías, ambos grandes con cara duras y rectas; todos permanecimos en un silencio mortal, hasta que aquello se rompió
—Buscamos ah Ángela Smith —. dijo uno de los dos uniformados, con aquella voz ronca y fuerte, en una clara demanda. mi manos sudaban de los nervios, mis piernas temblaban y me había puesto pálida, trague en seco y de una sola vez me levante sin ser capaz de mirar al frene y luego hable
—yo soy, Ángela Smith —. declare, pero hubo un eco en mi voz, al girar la cabeza vi a Elizabeth Walker, aquella chica de cabellos negros y cara de toda una mentirosa perfecta y experimentada. ambas habíamos echo lo mismo y dicho lo mismo, no entendía porque ella decía que era yo. pero poco importo, pues uno de los uniformados el de cabello castaño se me acerco a mi
—Es ella, señor—. dijo firmemente y luego prosiguió —Ángel Smith, estas bajo arresto.— termino, diciendo con severidad. allí mismo fui arrestada y esposada, frente a todos nis compañeros de clase y frente a mi novio. los murmullos no tardaron en aparecer de todos, mientras era escoltada hacia fuera del aula y saca de la escuela. debiendo pasar por los pasillos, casi se sentía como una humillación publica, en la que todos me observaban y murmuraban de mi.
al estar dentro de la patrulla, vi por la ventana mientras el auto arrancaba y se alejaba de la escuela secundaria, luego de un rato hable.
—pa' ¿acaso todo eso fue necesario? —. le pregunte a mi padre, el cual estaba conduciendo la patulla, el me miro por el espejo retrovisor y rio levemente.
—dijiste, que te viniera a buscar y eso hice—. contesto él con un tono casi burlón, que era mas un tono de divertida malicia. suspire poniendo do os ojos en blanco, mientras me quitaba las esposas de las muñecas y me sentaba de forma mas cómoda en el asiento trasero
—te dije que me vinieras a buscar porque me sentía mal, no para que armaras todo ese espectáculo—. le reclame algo enfadada, pero debía admitir que aquello me pareció solo un poco divertido al principio.
el viaje a mi casa fue algo largo, con una parada en el auto servicio de McDonald para pedir algo para comer y tomar; mientras comía gustosamente mi hamburguesa aun en el asiento trasero de la patrulla, note por la ventana el cielo gracioso del día, mal múltiples casa de colores iguales y fachadas idénticas, apenas unas resaltaban por ser diferentes o de colores vibrantes. al llegar a la entrada de mi casa, solo baje de la patrulla y salude a mi padre, mientras veía como se alejaba en el auto. entre a mi casa, al poco tiempo de ya estar dentro, se podía oír la música de Rock and Roll casi fuerte de Jonathan. la música fuerte nunca había sido del todo de mi gusto pero no podía negar que AC/DC era mi banda predilecta y que Jonathan la estuviera escuchando me gustaba bastante, me dirigí a la cocina de donde provenía la música tan conocida para mis oídos, al acercarme al umbral de la puerta pude ver como mi hermano cocinaba quien sabe que al ritmo de Highway to hell de AC/DC, reí levemente mientras veía su mini concierto en la cocina
—acaso el concierto es para los pobres vegetales mutilados?—. le dije con una sonrisa torcida en los labios, interrumpiendo su momento.
el dio un pequeño salto en su lugar y giro casi con cierta rapidez sobre si mismo para luego mirarme —Creí que los duendes, no entraban sin invitación—. misuto mientras volvía su atención a su trabajo de cortar vegetales.
—y yo creí que los zombies no hablaban, pero hablas—. le respondí riendo, mientras me alejaba hacia mi habitación subiendo las escaleras y e grito de Jonathan desde la cocina diciendo —Mas te vale, que si te bañas y no gastes toda el agua caliente, minion—. dijo el a gritos desde su lugar en la cocina. yo solo reí, entre a mi habitación cerrando la puerta y cambie mi ropa por una mas cómoda
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Ojos De Presa.
De TodoBienvenido al infierno, bienvenido a dónde tus miedos, tristezas y dolencias se vuelven realidad. Dónde la realidad es una mentira y la mentira una realidad