Ojos De Presa.

capitulo 7

quien diría que ayudaría a la muerte con su venganza personal, al enviar a un gato negro como símbolo de su sentencia.

podía sentir como los nervios invadían cada fibra de mi cuerpo, como mis manos sudaban, como si todos y cada uno de los alumnos de esta escuela supieran lo que había echo. Pero sobre todo, que me observaban. Como si estuvieran vigilando mis movimientos y esperando algo, un error pequeño, pero vital para lanzarse sobre mi y arruinarme o peor...

 una mano en mi hombro me hizo dar un pico de miedo, causando que saltara en el lugar. Al mirar solo era Jackson, solté un respiro de alivio y relaje mi cuerpo como si nada hubiera pasado, casi una hora antes en el baño de las chicas.

—¿Estas bien?—. pregunto el, como si se preocupara.

Pero si él sabia algo, no. No, eso era imposible había sido cuidadosa oh.., ¿no? saque aquellos pensamientos de mi cabeza, no podía dudar de mi, no así. No podía darme tal lujo mundano como dejar que mis miedo perjudicara mi mente y mi actuar

—Sí por supuesto ¿Porqué? —

—nada.., solo pareces algo pálida. ¿Segura que estas bien?— insistió el

claro que estaría pálida luego de hacer lo que hice, como si de respirar se tratase para luego ser golpeada por el arrepentimiento y el cargo de conciencia, pero no podía decir nada de eso o al menos no así.

—si estoy bien, seguro fue por algo que comí antes. tranquilo—. le dije dándole la mejor sonrisa que pude en ese momento

la clase de política se había adelantado, ya que supuestamente el profesor de química no iría por presuntas complicaciones medicas de ultimo momento. Si tal solo supieran que las clases con ese profesor se suspenderían para siempre, si tan solo se hubieran fijado en su auto, sabrían la verdad pero, no lo hicieron y mientras todos estaban concentrados en la lección de la clase de política, mi mente volvía a ese momento en el baño.

el sonido del lloroso que salían de los los labios del profesor, como sus lagrimas caían de los ojos, cando él aun viva. El recuerdo de verle la desesperación en sus ojos, cuando la sangre se adentraba por sus pulmones cuando, Samantha. le había perforado un lado del pulmón, de una manera como si fuera la mas fácil del mundo, como si la misma piel, grasa y musculo solo fuera mantequilla, que no oponía ni la mínima resistencia, ante la daga pequeña con la que Samantha había cometido tal acto.

Podía recordar perfectamente todo; cada detalle. Como se sentía su sangre resbalar por mis dedos cuando golpeaba el lado de su herida, como se sentía el vibrar de su garganta por sus gritos, gritos que eran mudos debido al pedazo de tela que le había puesto en la boca. lo suficientemente dentro como para acallarlo bastante.

Unos gritos me sacaron de mi ensoñación, de mis pensamientos, de aquellos recuerdos tan recientes. Gire mi cabeza  hacia donde habían provenido los gritos y vi la cara de conmoción de todos mis compañeros, era como si hubieran visto lo peor de mundo, ademas de todos estar mirando al frente y rápidamente dirigí mi mirada a la misma dirección donde todos miraban con conmoción. Al mirara aquello me quede sorprendida y congelada en el lugar por unos segundos, simplemente impactada, por la escena sangrienta del profesor de política.

Este mismo yacía muerto en su asiento con el rostro desfigurado y gran cantidad de sangre que salia de su rostro, aparte de la sangre que había quedado plasmada en la pared producto de alguna explosión o similar la cual había manchado la pared a su espalda, con su sangre y secos.

Nos habían sacado del salón y llevando al patio debido a la conmoción de aquella situación, algunos de mis compañeros aún estaban hablando de lo sucedido entre murmullos en pequeños grupos, algunos seguían en shock por la situación y otros parecían estar tan desconectados de su cuerpo que parecían zombies aun sin procesar nada adecuadamente.
Simplemente un cúmulo de adolescentes que no podían creer la muerte tan repentina del profesor o mas bien en la forma que lo hizo. Nos empezaron a separa por grupos y desde lo que habían visto la situación de los que no y ya habíamos visto el cadáver allí.