C A P I T U L O 2 1

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CAPITULO 21:

Una tradición de la tribu Quileute era que los hombres de la tribu velaban por el cuerpo haciendo guardias durante los próximos tres días.

Recuerdo haber visto a mi padre, Billy,Harry e incluso Quil Ateara III hacerlo frente al cajón de mi madre, mi padre no se separó un solo momento del lugar, quedándose de pie tan inmovil como una estatura durante setenta y dos horas.

Sabía que Jacob no llegaría y si lo hiciera, no estaría en condiciones en dar inicio a la guardia, así que rompiendo las tradiciones, una vez más, me coloqué el molesto tocado en la cabeza, acaricie con suavidad los cajones frente a mi y me posicioné en medio de ellos, justo donde sus pequeñas cabecitas reposaban y bajé la mirada. A mi lado derecho Paul tomó su lugar, y a mi izquierda mi padre tomaba mi mano intentando calmarme. Billy, miraba al suelo con absoluta tristeza y Sam, Embry, Quil y Jared tomaron posición en los lugares restantes, dejando un lugar para que Jacob tome su posición si es que volvía. Seth, por otro lado, no podía hacer la guardia por ser muy pequeño.

—¿Te encuentras bien?—Preguntó Paul en un susurro.

Toda la tribu se encontraba en mi salón mirándome con absoluta pena y dando rezos a los ancestros para guiar sus inocentes almas.

—No...—Admití aún sabiendo que toda la manada estaba prestando atención a nuestra conversación.—Siento un vacío...

—¿No hay opción a encontrar otra impronta?—Preguntó

—No, no hay.— Dije mirando al suelo.

—¿Podrán vivir así?

Sonrío con tristeza mientras lágrimas corrieron por mis mejillas. — Cuando deje de transmutar en loba moriré, Paul.

Un jadeo horrorizado hizo eco en el silencio.

—¿Jacob...?

—No lo creo.— Admito.— Pero yo sí, ese es el sacrificio.

—Lena...

—Está bien, solo... iré con mis cachorros cuando eso suceda.— Digo con la voz rota.

Todos guardan silencio y sollozo en voz baja mirando los pequeños cajones color blanco frente a mi.

La puerta resuena cuando Jacob entra, se había vuelto a vestir y los dibujos no eran tan precisos como antes, llevaba un tocado de guerrero quileute sobre su cabeza y este mismo caía cubriendo sus hombros como si de una capa se tratase, sus ojos se encontraron con los míos y el vacío desapareció.

Los chicos habían dejado el lugar de enfrente para él pero, él simplemente lo ignoró y caminó hasta donde yo estaba haciendo a un lado a Paul para que él tomara el lugar.

—¿Puedo arreglarlo?—Pregunta luego de un largo silencio.

Simplemente me encojo de hombros.

—Solo una última oportunidad, por ellos, por nuestros hijos.

—Pedías a gritos una oportunidad de estar con Bella Swan.—Digo señalando a la castaña sentada en las bancas del fondo junto a su padre.— Ahora puedes hacerlo, puedes marcala incluso y... y puedes tener hijos con ella y casarse.

—Lena..

—La impronta es muy restrictiva, no lo voy a negar.—Continué acariciando el cajón frente a mi.—Ahora puedes tener los hijos que desees con quien... desees.

—¿Tú harás eso?

—Yo no podré tener hijos a menos que deje de transmutar, Jacob.

—Pero estuviste embarazada.

TAWARA |Destinados | Saga QUILEUTE  ① // J.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora