C A P I T U L O 1 4

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 C A P I T U L O 1 4

Si había algo que no podía negar era el amor que sentía hacia Jacob Black, pero la presión en mi pecho por la preocupación era latente.

Como hijo del jefe de la tribu, incluso ahora en el siglo veintiuno, se esperaba que fuera el siguiente jefe y lo primero que creían al ver al chico viviendo con su novia en pecado era... Están embarazados.

Y al parecer, a nadie le preocupaba que apenas eramos unos niños.

Luego de una noche bastante agitada en la que volví a adquirir la marca de Jacob en mi cuello, pero en la que llegamos al acuerdo de esperar un poco más por un cachorro aunque tampoco es como que nos fuéramos a esforzar por evitarlo.

Amanecimos con el consejo en nuestro porche.

—Buenos días.—Digo acomodando el albornoz que me había puesto con premura.—Pasen.

Jacob aparece con sus típicos shorts cortos mientras dejaba ver su pecho... lleno de marcas.

Tal vez, solo tal vez, no se darían cuenta, podríamos decir que es una alergia ¿No?

—Lamentamos interrumpir.—Dice Billy con una sonrisa baja que hace que me sonroje hasta las orejas, Jacob, sin una pizca de vergüenza me abraza por la cintura.

—La época del celo está por inciar.—Dice el viejo Quil.

—La pasaremos juntos.—Dice Jacob con seriedad, viéndolo así, tan grande, incluso parecía mucho más imponente que todo el consejo junto.

—No es que no quiera.—Dice Billy acomodando su gorra.—Y todos saben que es lo que más quiero, pero la tribu está hablando.

—¿Hablando?—Pregunto.

—Elena ni siquiera ha terminado la escuela.

—Y todos creen que está embarazada.—Añade Sue removiendose en su asiento.

—Algunos, los mayores, esperan que se casen pronto para que Jacob tome el puesto como jefe de la tribu.

—¿JEFE? Apenas y logro ser un alfa para la manada.

—Es tu destino.— Dice mi padre encogiéndose de hombros.

—¡¿DESTINO?! ¡¿IGUAL QUE SER UN ALFA?!

—Jacob...

—No, no, definitivamente no. No ahora, al menos.

—¿Entonces cuándo?

—No entiendes.— Dice Jacob acercándose a su padre.— No me puedo hacer responsable de una tribu y una manada cuando ni siquiera soy capaz de mantener a mi mujer.

Me quedo estática y la culpa se filtra por todos lados, mis palabras habían quedado arraigadas en lo más profundo de mi ser y ni siquiera me había dado cuenta de aquello.

—Jake.— Digo tomando su brazo para detenerlo.

—No, Lena, ellos no entienden, solo exigen y exigen y solo... ¡Quiero ser un maldito chico normal! Quiero poder vivir con mi mujer en paz, sin pensar en chupasangres o en si podré tener tiempo para estudiar algo ¡Ni siquiera eso es decisión mía! ¿Quieren que sea el jefe de la tribu? Bien, excelente, Lo haré mientras mi mujer sufre en silencio y junta cupones para pagar la comida.

—¿No les alcanza el pago...?— Dice Quil con escepticismo.

—Toda la manada come aquí.— Señalo.— Y necesitan ropa, la gasolina, nuestros ahorros se fueron en esta casa y... no tenemos más.

—No quiero que lleguemos al punto de pedir ayuda al gobierno.—Dice Jake con frustración y todos guardan silencio.

— Por eso quieren poner el taller, Sam y tú.

TAWARA |Destinados | Saga QUILEUTE  ① // J.BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora