𝗝𝗘𝗟𝗟𝗬 𝗣𝗢𝗣 | 𝘳𝘺𝘶𝘷𝘪𝘯

𝟬𝟰

ricky se sentía muy nervioso por alguna razón.

ni siquiera el lejano sonido del violín de su primo, el cual tenía su propia sala de practicas en su casa, podía calmar la ansiedad que le generaba salir con gyuvin a solas y eso que por lo general hao sabía como calmarlo con su música.

había recorrido cada rincón de su, innecesariamente, gran casa, incluyendo la habitación de su primo, el cual casi lo mata cuando lo vio ahí, y ni así pudo despejar su mente.

en la mente de ricky, todo saldría mal. no le agradaba la gente ruidosa, cosa que gyuvin era, tampoco le agradaba meterse en problemas, cosa que gyuvin siempre hacia. gyuvin era exactamente todo lo que a ricky le desagradaba en una persona.

aun así, había decidido que mantendría la fe intacta. de por sí ya creía que gyuvin era un chico bastante tierno, considerando que siempre le daba regalos para llamar su atención y hacerle saber que estaba interesado en él y, a pesar de que ninguno de esos regalos eran del agrado de ricky, apreciaba que el castaño hiciera ese esfuerzo por llegar a él.

— ¿y ese oso? —preguntó hao entrando a su habitación sin permiso y mirando el enorme oso de peluche que estaba en un rincón de la habitación de ricky.

el rubio se sonrojó pensando en que su primo comenzaría con las burlas, por lo que se limitó a encogerse de hombros mientras secaba su cabello.

— te vas a quedar pelado si te siques tiñendo. —le dijo el mayor dirigiéndose al armario del rubio y entrando en él.

— ¿que haces? —preguntó ricky apagando el secador y mirando confundido las puerta de su closet.

— ¡tengo una cita con hanbin y no tengo ropa!

ricky rodó los ojos pensando en lo mentiroso que era hao y siguió con su tarea de secar su pelo y tranquilizarse a sí mismo. había llegado a la conclusión de que lo peor que podía pasar ese día era que lo echaran del cine y vivir una humillación pública.

— ¿por qué te arreglas tanto? —preguntó hao saliendo con un montón de ropa entre sus brazos y tirandola a la cama del rubio.

— voy a salir. —se limitó a decir el menor apagando el secador de pelo cuando finalmente ya no estuvo húmedo.

— uhh... —molestó el mayor.— ¿una cita? —se rió mientras revisaba la ropa como si se tratara de una tienda.— ¿quién es la desafortunada?

nadie en su familia sabía aún que le gustaban los chicos y, a pesar de saber perfectamente que no le dirían nada respecto a su orientación, tampoco podía decirles, ya que ni él mismo sabía que le gustaba realmente. había decidido que le gustaban las personas y ya.

— el. —corrigió ricky en voz baja mientras se colocaba sus usuales anillos.

— ohh... —siguió molestando hao.— ¿quién es el desafortunado?

— yo. —se quejó el rubio levantándose y quitandole de las manos una camisa negra que justo planeaba usar hoy.— ni siquiera tengo ganas de ir.

— ¿y para que vas?

eso mismo se preguntaba ricky.

— tal vez si estamos solos no sea tan desagradable como de costumbre. —argumentó el rubio.

— me suena a excusa. —se rió hao en su cara.

ricky lo miró de reojo mientras se cambiaba ropa y negó con la cabeza.

— ¿excusa a que? —preguntó confundido.

— ¿quién es el chico? —ignoró su pregunta.— ¿kim gyuvin?

ricky lo miró raro provocando carcajadas descontroladas en su primo y se preguntó de dónde había sacado a un familiar tan demente como hao.

— ¡vas a salir con kim gyuvin! —gritó hao muriendo de la risa.— sabía que te gustaba.

— ¿de que hablas? —preguntó confundido.

— todos los santos días llegas hablando de él, ricky. —aclaró el mayor finalmente decidiendo la ropa que le robaría a su primero menor.— y no hubieras aceptado una cita si no te interesara aunque sea un poco.

ricky miró a hao dirigirse a la puerta de su habitación y frunció el ceño.

— ¿no vas a ordenar todo lo que desordenaste? —preguntó con molestia.— y no me interesa, solo quiero que después de esto me deje en paz.

— ¡estás en negación primo! —fue lo último que dijo hao antes de cerrar la puerta de un portazo y dejar al rubio solo en su habitación.

ricky miró la hora mientras suspiraba y se dio cuenta de que aún tenía algo de tiempo, por lo que ordenó la ropa que hao había dejado tirada y se terminó de arreglar para salir.

sus padres se encontraban trabajando como siempre y escuchaba la fuerte música de hao desde su habitación, así que supuso que se estaba bañando, por lo que simplemente salió de su hogar enviándole un mensaje para no molestarlo.

su casa no quedaba tan alejada del cine, por lo que no se demoró más de diez minutos en llegar, llegando incluso unos minutos antes de la hora a la que habían quedado.

al no ver rastros de gyuvin aún decidió sentarse a esperarlo con paciencia, ya que él había llegado antes. sin embargo, cuando se dio cuenta de que la hora corría y corría y seguía sin haber rastro de gyuvin por ningún lado, comenzó a molestarse de a poco.

claramente, ricky sabía de lo impuntual que era gyuvin, eran contadas las veces en las que no llegaba tarde a clases, pero había supuesto que al estar tan empecinado a tener una cita con él haría el esfuerzo de llegar a la hora.

el rubio le envió un menzaje pensando en que tal vez le habia pasado algo y no podría ir y, con lo distrido que era el castaño, tal vez se le habia olvidado avisar. pero cuando siguieron pasando los minutos y gyuvin no daba señales de vida, ricky decidió que no valía la pena seguir esperando por él.

vas a venir?
3:15 p.m.

ya no vengas, me
aburrí de esperar.
3:50 p.m.

molesto, el rubio se levantó y se dirigió a su casa pensando en lo ridícula que era la situación.

primero, gyuvin lo molesta hasta el cansancio para que corresponda sus sentimientos. después, sus amigos lo convencen de salir en una cita con el castaño en contra de su voluntad y finalmente, gyuvin le hace perder el tiempo y ni siquiera se digna a explicar por qué no había llegado.

cuando llegó a su casa se dio cuenta de que todo estaba en silencio y soltando un suspiro de alivio por no tener que darle explicaciones a hao, se fue a su habitación y se recostó en su cama penando en lo humillante que era la situación, ya hasta se imaginaba la risa de seungeon y los chistes de brian al respecto.

su celular vibró en su bolsillo y cuando lo sacó y vio que era un mensaje de gyuvin decidió ni siquiera leerlo y simplemente seguir con su día como si no lo hubieran dejado plantado en una cita a la cual ni siquiera quería ir.

definitivamente, kim gyuvin no le podría gustar jamás.