A Jimin yo lo miraba solo como un amigo nada más, pero un día él me propuso ser amigos con derechos, cosa que me sorprendió.
No había que negar que entre los dos había bastante química y es que Jimin es muy apuesto, ¿Quien no querría estar con él...
Me desperté por el sonido de la puerta, alguien estaba tocando con desesperación, me senté en la cama y talle mis ojos, agarré mi celular de la mesita y me fijé en la hora «10:38 a.m» ¿Tanto dormí?, Pues claro después de lo de ayer, obvio que quede cansada.
- ¡¿Quien?! -pregunté alzando la voz
- ¡Oye niña!, ¿no piensas despertar? -dijo mi querida madre del otro lado de la puerta- ¿No has visto la hora que es? ¡Ya levántate _____!
- ¿Para qué?
- ¿Cómo que para qué? ¿Acaso olvidas que hoy tenemos el almuerzo con la familia Park? -¡mierda! Lo olvidé por completo, los jefes de mis padres, osea los padres de Jimin, nos invitaron a un almuerzo en su casa
- ¡Ya voy! Solo me doy una ducha y bajo -me levanté rápidamente de la cama y arregle está
- ¡No demores! Te conozco _____. -escuché sus pasos irse alejando
Terminé de arreglar la cama y luego me metí corriendo al baño, al pasar por el espejo me detuve a observar mi rostro y pude ver en mi cuello unos cuantos chupetones hechos por Jimin ¿Y ahora como se supone que voy a tapar eso? Si mis padres me llegan a ver eso, me doy por muerta.
Después abrí la llave de la ducha y me despoje de toda mi ropa, me metí al agua y empecé a bañarme, pasaba el paste de baño con fuerza por mi cuello, si seré tonta, eso no se te va a quitar así de fácil, luego de unos cuántos minutos al fin terminé de bañarme, envolví mi cuerpo en una toalla y salí del baño.
Fui hasta mi armario y busque un vestido floreado, blanco con flores amarillas, no era tan corto, me llegaba arribita de la rodilla, busque mi ropa interior y me las puse luego me coloque el vestido.
Fui hacia la mesa con espejo que se encontraba allí, peiné mi cabello y lo deje suelto, de por sí era liso, bueno era un poco ondulado pero liso, luego empecé a maquillarme un poco, también tapé como pude los chupetes que me dejó Jimin, al parecer quedó bien, no se notan.
Cuando terminé, me levanté para verme al espejo, pues no estaba mal, fui por mis sandalias de tacón bajo y me las puse, escuché que llegó una notificación a mi celular, lo tomé y era de Jimin.
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