VI - Un poco de juventud

5 1 0
                                    

Desde que fui un príncipe, recuerdo haber sido muy tosco y estricto con respecto a mi rutina, odiaba el que no llegase temprano si quiera a la hora de la merienda... y no puedo creer que un mocoso no tenga la responsabilidad de asistir a tiempo, el hecho de salir de mi lúgubre castillo y bajar a la zona habitada me es irritante, los vecinos molestos les gusta preguntar quién soy o qué hago a altas horas de la madrugada, aunque en realidad las 4 am ya es una hora suficientemente tarde para un hombre sabio como yo.

Parado durante unos minutos bajo un farol, esperé al muchacho a que llegase listo para su labor, empezaba a frustrarme y a tener cierto coraje, porque, quien quiera trabajar deberá aprender del sacrificio de hacer las cosas sin más o menos segundos corriendo por el reloj.

Finalmente después de 5 minutos logré ver la silueta del chico corriendo hacia donde estaba, su pelo estaba mojado, atado a una coleta, desde aquí se sentía el olor a colonia barata pero la intención de llegar presentable lo demostraba, sus prendas hechas a mano se miraban recién elaboradas pues no había visto a un punk con ropa tan limpia como la de él. Su mochila parecía estar remendada y acompañada de una botella de agua de un litro.

Su sonrisa irradiaba emoción, era un joven lleno de ganas de vivir y con coraje para salir adelante,

-¡Buen Día!-, exclamó,

-Son las 4:15... ¿Por qué tardaste tanto?-,

-El...el tren, no me dejaban entrar y me registraron por completo, además tuve que caminar 2 kilómetros hacia aquí y...-,

-Que no se repita...-, Lo interrumpí, no tenía tiempo de una explicación larga, -Vámonos, tienes mucho que hacer en mi vivienda-.

Empezamos a caminar, dirigiéndonos de regreso al castillo,

-Y... ¿Qué hare hoy, Vladcín?-,

-Limpiarás todo el lugar, desde la telaraña más pequeña hasta la caja más empolvada-,

-¡Oh! Entiendo a lo que va. ¡Con gusto! Verá que soy el punk más rápido que todo Londres haya visto-,

-Espero y lo cumplas, porque es un lugar muy grande, puedes tomarte hasta días en limpiar todo-,

-Créame que estoy hecho para esto, es más, yo siempre he sido el que termina más rápido de hacer los exámenes en la universidad-,

-Joven, mi casa es un laberinto, puede incluso perderse por días y no saber la salida de ahí, así que debe tener cuidado-.

-Me se hasta los atajos de la ciudad, por lo que aprenderé los atajos de donde vive en caso suceda-.

Me sorprendía que este muchacho tuviera el coraje y valentía de llegar a limpiar un hogar ajeno, se nota a leguas que no se atrevería a robar algo, además me sorprende que lleve estudios universitarios, por lo que significa que tiene un nivel de intelectualidad alta.

Al llegar, estaba impresionado al ver la arquitectura medieval del lugar, era como el AirBnb más caro de las afueras de la ciudad. Noté su nerviosismo de golpe ya que no sabría si iba a cumplir su promesa, pero no se miraba desalentado, estaba dispuesto a cualquier cosa por el dinero.

-Bienvenido, joven punk, tienes de aquí a las 5 de la tarde para hacer que este castillo reluzca-,

-Este lugar es increíble... ¡Cada vez te haces ver más como un vampiro en serio!, ¡Eres el gótico más cool que he visto en mi vida!-, la inocencia de este hombre me enterneció rotundamente, se sentía bien tener un poco de compañía que no sea un adulto decrépito y pesimista.

Y así se fue todo el día, quitaba el polvo de todos lados, cambió las sábanas de las camas y las cortinas, fue a comprar alimentos para llenar la despensa aunque nunca pensé que fuera necesario —Quizás sea la razón del porqué estoy muy delgado y es el escaso deseo de comer que me invade—, me preparó una crema de calabaza muy deliciosa, quién diría que un muchacho pueda hacer muchas cosas en menos de un día, he visto a muchos que prefieren ser flojos, preparar comida precalentada, aspiradoras electrónicas...

Yo (No) Odio A Van HelsingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora