Capitulo 3.

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Unas horas después, Megumi y Nobara se encontraron. Al verse, se contaron absolutamente todo lo que había pasado el otro.

-Entonces... ¿Tú también te sientes más poderoso?

-Sí, técnicamente sí. Pero lo admito... Nobara, tenías razón. Esto se siente tan bien...

-Siempre tengo la razón.

-Sí, como sea... Lo único que falta es encargarnos del mocoso de Itadori.

-Eso no suena nada mal, ¿Pero seguros que se quieren vengar así y ya? -Habló una voz lejana.

Los chicos se pusieron en guardia y miraron a todos lados, preguntándose en voz alta y al mismo tiempo:

-¡¿Quién está ahí?!

-¡Si dices algo de lo que escuchaste, te vamos a matar!

Se acercó una persona, al parecer era... ¿Yūji Itadori?

-Ah, eres tú.

-Si yo fuera tú, no estaría tan seguro, Fushiguro Megumi.

Finalmente salió de la sombra y no era Yūji, era Sukuna en su cuerpo.

-Sukuna... Pero...

Se terminó de acercar, con las manos en los bolsillos y con una sonrisa llena de malicia.

-Hay algo diferente en ustedes dos... Ustedes tocaron mi libro. Y ustedes saben muy bien de lo que estoy hablando.

-Sí, lo hicimos. ¿Hay algún problema con eso? -Preguntó Nobara, cruzándose de brazos.

-No. De hecho, los ayudaré. -Volvió a sonreír con malicia.

-¿En serio? -Esta vez preguntó Megumi.

-¿Por qué les mentiría?

-Eres el rey de las maldiciones, no nos podemos fiar de ti tan fácilmente.

-Escuchen mocosos, ustedes piden mi poder y yo quiero salir del cuerpo de este mocoso. Así que, hagamos un trato. Yo les diré dónde encontrar lo que necesitan y cuando ustedes tengan mi poder, maten a Itadori Yūji. Ese mocoso solamente será un estorbo. Quién realmente me interesa es Gojo Satoru.

Nobara simplemente se quedó en silencio, al igual que Megumi y le pregunta:

-¿Tú qué opinas?

-Mmmm... No sé, no puedo pensar con claridad. Pero...

-¿Pero...?

-Quiero vengarme de él.

-Eso es, Fushiguro Megumi. -Sonrió de nueva manera Sukuna.

-Ugh... Esto es una locura, pero también quiero a Itadori muerto. Y de verdad. -Comentó Nobara, sinceramente.

-Entonces, ¿Tenemos un trato?

-Sí.

-Bien, los demás dedos los tienen sus profesores. Ustedes encárguense de robarlos.

-¿Y después? -Preguntó Nobara, nuevamente cruzándose de brazos.

Sukuna simplemente se rió malévolo y nuevamente miró a los chicos.

-¿Acaso no leyeron bien el libro, mocosos?

-Claro que lo leímos.

-Bueno, ya saben que hacer. Y yo me retiro, ya casi le toca al mocoso. Ugh, debí haberle pedido más tiempo, qué fastidio.

Sukuna se fue y dejó a los chicos un poco perplejos, para luego ir a la habitación de Megumi y seguir leyendo el libro de Sukuna, como han estado haciendo desde ese día en el que lo encontraron.

Megumi y Nobara se encontraron leyendo el libro, con todo y detalle, hasta que Megumi decidió hablar.

-Recuerdas que al comer un dedo de Sukuna, hay una probabilidad de una en un millón, ¿Verdad?

-Uhm... Sí, ¿Por qué?

-... Me gustas, Kugisaki Nobara.

-... ¿Qué?

 ¿Qué?

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-Sí. Lo digo en serio. -Comentó y afirmó, sin quitarle la vista al libro.

-... Tú también me gustas, Fushiguro Megumi. -Confesó, para luego seguir leyendo el libro.

Megumi sonrió levemente, al mismo tiempo que Nobara.

Ambos dejaron de leer el libro y enfocaron sus miradas en los ojos del otro. Sus miradas eran profundas.

Poco a poco, Megumi y Nobara se iban acercando, cerrando sus ojos lentamente, sabiendo lo que iba a pasar. Sus labios iban a tocarse, pero...

-Ah, con que era esto lo que les pasaba...

Habló Gojo, pensativo; Megumi y Nobara de inmediato se separaron y sus rostros se enrojecieron muchísimo, hasta parecer unos completos tomates.

-Por eso actuaban así de raros... Pero no tenían que ser groseros, ¿Eh?

-... ¿Qué rayos haces en mi habitación?

Nobara ocultó el libro detrás de ella y Gojo simplemente suspiró.

-Quería ver la escena del beso, pero veo que los interrumpí. Uopsi.

Megumi se comenzó a enojar y avergonzarse más de lo que ya estaba.

-¡VÁYASE DE AQUÍ, GOJO-SENSEI! ¡DESDE QUE ERA UN NIÑO, SIEMPRE TE ESTÁS ENTROMETIENDO EN MI VIDA!

-... ¡Ya lárguese, Gojo-Sensei! O si no, esto va a ser realmente peor... Créame.

-Bueno, ya me largo, hormonales... Al menos sean silenciosos, recuerden que Yūji-kun está al lado.

-¡MALDITO, SINVERGÜENZA!

-¡YA VETE!

Nobara y Megumi les tiraron unas almohadas a Gojo, haciendo que este se riera a carcajadas y se fuera, cerrando la puerta.

Los chicos nuevamente se miraron a los ojos, pero esta vez con vergüenza.

-Lo siento, Kugisaki... No sabía que... Bueno... Eso iba a pasar...

-Tranquilo, Fushiguro... Entiendo eso...

-... Me gustó mucho lo que le dijiste a Gojo-Sensei. Esa advertencia.

-Jeje, gracias. Pero me gustó cómo le gritaste, fue gracioso.

-Gracias, supongo... Uhm...

-¿Dime?

-... ¿Quieres... Intentarlo...? Ya sabes... -Desvió la mirada, un poco sonrojado.

-... Después, hay que seguir leyendo el libro. Ya se perdió el momento preciso gracias a cierta persona.

-Seh, lo entiendo.

Los chicos siguieron leyendo, esta vez con mucha más atención.

La Era De Los Reyes. || FushiKugi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora