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"El libro"
— Controlate, es tu novia, ¿Por qué estás tan ansioso...? — Dije hablando conmigo mismo antes de entrar a la casa de mi mejor amiga. Toqué la puerta tres veces y abrió Samy.
— Está en mi habitación, tranquilo, no se vayan a alterar. — Advirtió mi mejor amiga y yo asentí. Me dió paso hacia adentro y subí a donde estaba mi pastelito.
Mis manos temblaban, causando que el regalo que tenía en mis manos casi callera... Al llegar a la habitación dejé las cosas en el piso por un costado de la puerta, toqué y desde adentro escuché un "Adelante"... Al entrar la pude ver de espaldas en el tocador de su hermana, alzó la mirada y me miró por el espejo...
— Osvaldo... — Dijo en un susurro audible con la voz quebrantada; me partió el corazón escucharla así...
— Pastelito... — Contesté. Se levantó de su lugar y corrió hacia mi para abrazarme, se alzó de puntitas para poder alcanzar a envolver sus brazos en mi cuello y yo posicioné mi cabeza sobre la suya. Solté un pequeño sollozo, la extrañaba demasiado...
— No, no, amor... Aquí estoy, hey, aquí estoy, todo está bien... — Dijo ella. Me separé del abrazo y acuné sus mejillas en mis manos; sus mejillas estaban rojas por las lágrimas, sus ojos algo hinchados, tenía unas ojeras sutilmente pronunciadas y sus labios estaban mordidos por causa de la ansiedad...
— Tengo mucho que explicarte... — La tomé de la mano e hice que me siguiera al lugar en el que estaba. Ella tomó asiento en la silla y yo hice lo mismo frente a ella pero en la cama. — Lo que pasó ese día no fue como lo viste... El bartender era amigo de Mónica y él le puso algo a lo que yo estaba bebiendo para que me engañarán y me hicieran pensar que eras tú, fui con un doctor y me mostró que era una droga muy fuerte... — Saque de mi bolsillo trasero la nota y se la entregué y comenzó a leer... — Jamás me quise separar de ti y jamás lo voy a querer, eres lo más especial que tengo y no quisiera perderte... — Mi voz se quebró y una lágrima rodó por mi mejilla.
_______ Rivera | Nube
— Jamás me quise separar de ti y jamás lo voy a querer, eres lo más especial que tengo y no quisiera perderte... — Comentó Osvaldo con la voz quebrantada. Una lágrima corrió por su mejilla y yo lo miré dejando el papel del doctor por un lado.
— No quiero que te separes de mí, no importa lo que haya pasado, tuviste la intensión de buscarme, ¿Crees que no noté los más de cuatro mil mensajes que me mandabas? — Bromeé con unas cuantas lágrimas en mis ojos...
