¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Perdón"
— ¿Quién es _____, Osvaldo? — Preguntó Lisset mirando su celular. Acabábamos de terminar el stream del que de verdad me arrepiento mucho de hacer...
— Emm... ¿Por qué lo preguntas?
— Porque en twitter te están relacionando con ella. — La miré algo preocupado. — Okey, a ver... _____ Rivera, cantante número uno en el mundo, logrando superar a súper estrellas en la música como Taylor Swift y Bad Bunny, tiene su propia marca de maquillaje y ropa, siendo dueña también de un restaurante. A logrado generar en sus redes sociales una cantidad de 6 billones de seguidores en total. Su hermana mayor es Samantha Rivera, mejor conocida como "Rivers"... — Alzó la vista y me miró atentamente.
— No sé por qué me relacionan con ella.
— Osvaldo, es hermana de Rivers.
— ¿Y qué tiene?
— Osvaldo, Rivers, ¡Tu mejor amiga!. Claramente tienes que conocer a su hermana.
— Pues si la conozco, pero no entiendo por qué la relación.
— "El Mariana se vería mejor con _____, en el último stream de Rivers se notaba que tenían mucha química" — Leyó un comentario de twitter. — ¿Me seguirás preguntando por qué los relacionan? — No contesté y ella soltó un suspiro pesado. Iba a contestar pero me entró una llamada, miré mi celular y era Juan.
— ¿Qué pasó, Juanito? — Hablé al celular y Lisset rodó los ojos para alejarse un poco de mi.
— Necesito que vengas a las de ya al hospital, _____ se desmayó. — Me congelé cuando escuché la noticia.
— Pero, ¿Por qué? ¿Qué pasó? — Ya estaba exaltado. Me levanté de mi lugar y Lisset me miró.
— No lo sé, ni Ari, ni Ama, ni Rivers me quieren decir. Solo sé que están emputadas contigo.
— Verga. Ya sé por qué, amm... Voy para allá, mándame la dirección por Whatsapp. — Juan colgó la llamada y yo corrí por las llaves de mi auto.
— ¿A dónde vas, Osvaldo? Tenemos una plática pendiente. — Dijo Lisset levantándose de su lugar y acercase a mi.
— Ahorita no tengo tiempo, _____ está en el hospital y necesito ir con ella. Por favor, vamos, no te puedo ir a dejar a tu casa. — La tomé del brazo y subimos a mi auto. Comencé a conducir al hospital del que me mandó la dirección Juan.
— ¿Ya ves cómo si hay razón para que te relacionen con ella? — Dijo Lisset y llegó un coraje a mi...
— Ahora no, por favor, Lisset. — Ella guardó silencio y se quedó mirando hacia la ventana.
