5 - Kamilla Dracula

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Atravesé ese castillo como un rayo, no quería demorar tanto hablando con mi abuelo, quería estar ahí cuando Antalia despertara, también debía ver que pasaba con Mackenzie, cuando llegue no la vi nada bien.

- Habla de una vez - llegué frente a él.

- No puedes estar con esa mujer - hablo fuerte - no lo permito, puedes quedarte con tu hijo, pero esa mujer morirá una vez cumpla con lo único por lo que la deje vivir.

- ¿Algo más? - no me inmute por sus palabras.

- Quiero que saques su parte celestial a ese niño - asentí - también debemos preparar la sangre tuya y la mía, aún tengo la sangre del demonio Velgar.

Casi me le rio en la cara, está loco si piensa que dejare que haga todas esas barbaridades que hicieron conmigo.

- Ahora que he vuelto, ¿qué cargo tengo?

- El de siempre - me miro sorprendido - eres el alfa de todos los clanes, reina de los vampiros.

- Perfecto - me levante - como tu reina te ordeno que no te acerques a Antalia - se levantó de golpe - detente - levante mi mano - no quiero que controles a mi hijo, se quedara como esta ahora - negó - sí, si lo hará, él no llevara tu sangre ni la del demonio - podía sentir como el suelo comenzaba a vibrar - él ya lleva mi sangre, es más que suficiente.

- No - gruño - el debe...

- ¿Piensas que convertiré a mi hijo en lo que soy yo? - lo mire enojada - sé lo que soy, sé qué me has hecho tú, ¿cómo pudiste mentirme? He cargado toda mi vida con demonios en mi cerebro - tenso su mandíbula - los escucho abuelo, puedo escucharlos cada vez más cerca de mí, como quieren entrar a través de mí - reí - fuiste idiota al hacer un trato con un demonio, ¿creíste que él no haría nada? - proseguí - estuve muerta días, y pude ver como él quería alcanzarme, como quería poseerme y regresar a la tierra.

- ¿Lo ha hecho? - mierda, ¿es que no me ve?

- No, abuelo, soy más fuerte que él - sonreí para mis adentros - pero jamás permitiré que dejes que mi hijo viva de esa manera, si ha de ser un ángel completamente, lo será y será el ángel más hermoso que pueda haber pisado la faz de la tierra, si es un vampiro será el más poderoso de todos, de igual manera estaré orgulloso de él o ella - agregue - no crecerá con la presión que yo crecí.

- Es el heredero - gruño - no tiene permitido crecer como se le plazca.

- Será el heredero si él lo quiere así - negué - de lo contrario será libre de decidir su vida, no me importa si jamás tomo un descanso, seguiré al frente hasta que él quiera, no lo obligaran como lo hicieron conmigo.

- Tu padre estaría decepcionado de ti - espeto.

- Es una suerte que mi padre aún esté dormido - le sonreí de lado - si es todo, necesito ir con la madre de mi hijo, quiero que sea ella que me cuente todas las atrocidades que le hiciste, si me entero de que atentaste contra mi hijo, te juro que no me importara quien eres, vendré por ti.

- ¿Me amenazas? ¿Por un maldito ángel? - negué.

- Te amenazo por mi hijo - golpeo la mesa - es el único que me importa ahora.

Sali de esa oficina que solo con verla mi sangre hervia, recordar cuando usaron a Antalia para matarme y como el imbecil que ahora se quema en el infierno casi vuelve abusar de ella, me hace querer encendiar ese maldito lugar.

Camine directo hasta donde se encontraba Vanessa junto con Mackenzie, necesitaba saber las razones de mi abuelo para ir hasta Rumania.

- Maldita - me golpeó el hombro Vanessa - ¿como pudiste darnos ese susto? ¿Donde estabas?

Mirada CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora