Recuerdos Vampíricos 🩸 [EN EDICIÓN]

12.- La desaparición

La voz del vampiro se hizo más nítida suprimiendo los gritos de mi sueño, seguía sujetándolo con fuerza de los musculosos brazos.

-Victoria ¿Qué no me has escuchado demonios?- dijo dejando ir mis brazos de su agarre- Estuve tocando tu puerta, no respondías así que tuve que entrar.

-Y-yo, yo estaba... soñando- dije tratando de acomodar mi pelo de forma nerviosa- Pero Felix ¿qué ha pasado?

-Aro me envió, quería asegurarse que estabas bien -Felix se paró erguido acomodando su saco- Puedes volver a dormir.

-¡Felix!- dije parándome de la cama- ¿Qué ha pasado? ¿Por qué suenas extraño?

Felix miro hacia arriba con fastidio.

-Victoria, solo debes de quedarte aquí, ¿sí?-

-Sabes que con decir eso, harás que haga lo contrario- Dije yendo al closet a sacar ropa para cambiarme.

Algo pasaba, estaba más que segura. Felix suspiro frustrado y salió como rayo cerrando la puerta a sus espaldas.

Tome cualquier cosa negra que vi, fui al baño a asearme y cambiarme de ropa, unos pescadores y una blusa de botones negra, con eso no desentonaría tanto con la guardia, ate mi cabello en una coleta y salí para ver que sucedía por los pasillos.

Había guardias al principio y final de cada pasillo, trate ir lo más rápido al salón de los tronos, el vampiro Santiago custodiaba desde fuera, solo al verme sus ojos se agrandaron de par en par y sin tardar abrió las puertas para mí; los líderes se encontraban de pie hablando o más bien gritando, Jane y Alec a sus costados, y un poco más atrás Felix y Demetri con aspecto tenso en el rostro.

Aro estaba de espaldas a la puerta, así que no podía verle el rostro, Marcus se encontraba con una mueca diferente a la de siempre y Caius...

-¡Que osadía es está!- Grito Caius, a lo que me quede quieta en la entrada.- ¡¿Cómo es esto posible?! ¡Aro di algo, nos han atacado en nuestra propia guarida!

Aro giro con sus dedos en sus sienes topándome con su mirada borgoña, me miro por unos segundos.

-¿Quién estaba de guardia en el balcón norte? -La voz de Aro era demasiado calmada.

Demetri desapareció como rayo pasando por detrás de mí, apareciendo con un vampiro de cabello dorado y largo, lo sujetaba por detrás de su espalda con su mano por el cuello del pobre y lo llevo frente a Aro y Caius, di unos cuantos pasos a los lados.

-Ah... pero si es nuestro Raphaël- Aro puso una mano en su mandíbula de forma inocente, y con una seña hizo que Demetri pusiera de rodillas al rubio.- Primero escuchemos los sucesos de su propia boca... ¿ilústranos, que fue lo que ocurrió?

El Vampiro Raphaël tragaba saliva.

-Amo... y-yo... no lo sé...-
Aro parpadeo varias veces y sonrió.