6.- Estadía Mortal

123 16 0
                                    

Salí revitalizada quizá por las palabras de Aro o por la sangre humana, aleje este último pensamiento de mi mente, no quería sentirme culpable ahora.
Fui a buscar directamente a mis amigos, Demetri se encontraba escoltando la puerta del salón, y sonrió al verme.

-Supongo que vas en búsqueda de tus amigos.- La siempre galante sonrisa de Demetri apareció.

-Supones bien mi querido amigo- Demetri me ofreció su brazo y yo lo tome con seguridad, los protocolos que tanto me aburrían ahora me maravillaban. Antes tenía que tomar la mano o el brazo de alguien al bajar o subir escalones, por lo regular estaba al cuidado de Aro y Athenedora y mis acompañanates era Demetri y Heidi, según Aro era mi propio Sistema Kensington.

-No creas que somos tan malos...- Dijo mientras caminábamos por el corredor- Tus amigos están muy bien alojados.
Caminamos a velocidad humana, disfrutaba de los cuadros y los acabados de piedra cincelada que ofrecía el interior del palacio.

-Tenía miedo de volver...- dije sincera mirando a Demetri, él se me quedo viendo de forma seria.

-¿Por qué?-

-Supongo que pensé que no me querrían al irme tanto tiempo.- dije caminando despacio, admirando los escudos tallados en piedra.

-Victoria, siempre tan equivocada... todos te extrañamos, incluso tus niñerías, aún recuerdo lo chiflada que eras.-

-¡Oye! Claro que no, yo no era así- dije altiva.

-Bueno, fue culpa del amo, nadie podía decirte que no cuando eras pequeña.- Demetri se quedó pensativo- Creo que él fue quien más te echo de menos...

-Y yo a él... es decir a todos a Jane, Alec, Marcus... -me apresure a decir- ¿Cómo van las cosas con Heidi?

Demetri rodo los ojos.

-No puedes ser ¡Demetri! ¡Me fui por 20 años y aun no la puedes invitar a salir! -Dije divertida

Demetri no contesto y fingio que sonreía; seguimos con nuestro paseo hasta llegar, llegamos al ala de las habitaciones de invitados, que se encontraban pasando el atrio, en cuya pared posterior comenzaba la segunda y empinada escalera que conduce a los pisos superiores y a la derecha una pequeña puerta que conduce a lo que era un viejo claustro, a Sulpicia le gustaba castigarme en ese tétrico lugar, agite mi cabeza para disipar esos recuerdos.

Sulpicia...

-Demetri antes de que te vayas...- dije dudosa y acercándome casi al oído del rastreador.

-¿Ahora qué?- dijo mirándome con fingido fastidio.

-¿Dónde está Sulpicia? He visto a Athenedora pero no a ella.- Demetri se me quedo viendo recuperando su postura y después dio un largo soplido.

-Ella y el amo, no han tenido los mejores años... la verdad se ha ido- Mis ojos se abrieron ante la sorpresa y el vampiro se apresuró a proseguir- Está de viaje no quiere decir que lo haya dejado o algo así, últimamente lo hace seguido... no lo hace sola, al principio Felix y yo nos turnábamos para acompañarla... después el amo dijo que era una pérdida de tiempo así que ella viaja solo junto con Renata, ella regresa y todo es paz, luego pelean de nuevo y se vuelve a ir. Hablo de esto contigo por ser quien eres... pero ni una sola palabra a los demás.

Me dijo Demetri sentenciándome con un dedo apuntando a mi cara.

-Soy una tumba- dije apretando mis labios.

-Bien, tus amigo están aquí. Ya sabes las reglas-

-Claro. Y gracias... amigo.- Sonreí y solté su brazo a lo que él solo asintió y se fue dando media vuelta.

Recuerdos Vampíricos 🩸 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora