Armando.

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Salí y justo al dar la vuelta por la esquina, habían unos cuantos soldados, así que cargue la escopeta, y calcule por unos instantes y entonces...Dispare justo a sus pies, sus piernas se rompieron, luego a sus manos y también se rompieron sus brazos, y a su torso, por ultimo dispare a sus cabezas de hielo que al hacer contacto con las balas, se rompieron en mil pedazos.
Seguí caminando sin ninguna dirección en especial, hasta que oí un pequeño sollozo y preste mas atención a lo que decía:

-Ayudenme, tengo frío y no me puedo mover- Escuchaba como una voz gritaba y gemía sin parar.

Entonces me fui acercando a un edificio de donde provenía esa voz, subía por unas escaleras, hasta llegar al piso mas alto, me dirigí hacia la tercera puerta, y pude observar a la persona mas hermosa de todo el mundo, de todos los tiempos, ella tenia una piel blanca cual nieve, unos labios de un rosa que se volvía azul por el frío, unos dulces ojos color miel con una mirada tierna, el cabello de color café claro que hacia juego con sus ojos, era tan pero tan bella y encantadora que me dieron ganas de abrazarla y protegerla.
Ella estaba congelada de las piernas, sus lágrimas se congelaban y caían como pequeños diamantes, entonces levanto la mirada y me dijo:

-Ayudame por favor, quiero sentir el calor humano- Me acerque a ella y la abrace fuertemente, pero cuando la abrace no sentí nada al contrario, sentí que en mi pecho había un vacío, un frío se apodero de mi y ese calor humano me quemaba y dolía tanto, que me separe de ella bruscamente.
Y le dije en un tono frío y sin piedad:
-Apurate y levantate no tenemos tiempo que perder, o es que acaso quieres morir, si es así - Le apunte con mi arma en su cabeza y la cargue.

Ella quien ya estaba descongelada rápidamente se levanto y me dedico una sonrisa y dijo: - Esta bien, ya me levante, ¿puedo ir contigo?- pregunto tímidamente, mientras yo guardaba mi arma, y asentía sin darle la mas mínima importancia.

Y le dije - Esta bien, pero que te quede bien claro yo no te estaré vigilando y protegiendo - Entonces yo le entregue una de mis muchas armas y esbozo una gran sonrisa.

Volvimos a caminar sin un rumbo fijo, y entonces pasamos por un colegio y pense en voz alta:

- Que bien que no tengo que ir a esa prisión, y puedo hacer lo que quiera sin que nadie me diga nada, solo espero ganar esto y pedir un deseo - Entonces ella empezó a reír a carcajadas y me dijo entre risas:

- Eres muy gracioso, por cierto aun no me has dicho tu nombre.

- Mi nombre es Armando y tu tampoco me has dicho tu nombre - Mis modales son malos y los de ella mucho peor.

- Que mal educada fui yo soy...- De la nada se quedo callada y abrió los ojos tanto que por un segundo pensé que se le iban a salir - tu...tu...eres el rey de este juego, yo no lo sabia no te preocupes no te molestare en las batallas e incluso te protegeré, yo sere tu fiel sirviente Dalia...mi nombre es Dalia.

Una sirvienta, que no tiene fuerza, ni agilidad, o velocidad es totalmente inutil pero solo quiero ganar no me importa ya la vida de los demás solo importa mi vida, ese vacío se expandió mas y mas... Era tan extraño.

Entonces me pare a verla detenidamente, ella vestía una camiseta blanca y encima una blusa color aqua, unos shorts a rayas para abajo de color blanco y negro, unas medias rasgadas de color aqua igualmente, y unas zapatillas de color negro, no me sorprende que casi se congelara, pero bueno supuestamente estamos en verano, nada de esto tiene sentido, pero a quien le importa, tal vez solo somos el sueño de alguna persona, tal vez realmente solo seamos producto de la imaginación de alguien que no tiene nada que hacer con su vida y por eso nos hace esto.

El tiempo congelado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora