𝐇𝐈𝐆𝐇 𝐒𝐄𝐀𝐒 • Roronoa Zoro. [REESCRIBIENDO]

i. el cazador.

CAPÍTULO UNO. el cazador

          Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al sentir el filo de la espada contra mi piel, con un movimiento rápido logré sacar la mía golpeando la suya al momento de girar para confrontarlo.

Para mi sorpresa, no estaba solo, al parecer estaba rodeada de cinco personas que tenían la urgencia de aquellos berries que están por mi captura. Fue algo inteligente venir todos en grupo.

—Tal vez podamos divertirnos con ella antes de entregarla —Un viejo escupió con burla—. Pareces una muñequita.

—Voy a arrancar esa estúpida sonrisa de tu rostro, viejo imbécil.

Mi sangre hirvió cuando los demás rieron, como si fuera divertido.

Iba a matarlos a todos.

Se las arreglaron para intentar sostenerme pero los golpee enterando mi espada en el cuello de tres de ellos dejándolos en el suelo, haciendo que luchen por poder respirar. En minutos se estarían desangrando y yo no haría tanto trabajo. Quedábamos en viejo asqueroso y un joven que me veía asustado.

Sus ojos azules hicieron contacto con los míos y los vi temblar, si no era lo suficiente valiente para atacarme, ¿por qué estaba ahí?

Mi espada bloqueó el golpe repentino que me amenazó volviendo a ver al señor. Se lamió los labios mientras acercaba su cuerpo sudoroso al mío y lo aleje de una patada en el estómago, la cual no fue lo suficiente para apartarlo. Era tan gordo que ni mi fuerza pudo alejarlo.

Antes de que riera lo golpee en el rostro.

Su rostro se contrajo enfurecido y se su cinturón saco una navaja, antes de que me diera tiempo de detenerlo la encajo en mi pierna. Cuando por el dolor me arrodille golpe su entrepierna con mi mano, este gruño de dolor dejando caer la navaja al suelo.

De pronto me levanté al igual que mi espada en el aire, hizo un sonido frío cuando impacto en el cuello de mi atacante cortando su cabeza. La sangre salpicó en mi rostro y vi como la cabeza rodaba al caer, las náuseas no tardaron en llegar al sentir el cálido líquido rojo en mi piel.