𝐇𝐈𝐆𝐇 𝐒𝐄𝐀𝐒 • Roronoa Zoro. [REESCRIBIENDO]

iii. la recompensa.

CAPÍTULO TRES. la recompensa

          Me desperté asustada cuando los rayos del sol impactaron contra mi rostro. No sabía dónde estaba, lo último que recordaba era haber caído en los brazos de aquel cazador.

Un gruñido de dolor salió de mis labios cuando intenté levantarme, miré la venda alrededor de mi muslo confundida al no recordar cómo había llegado ahí... Al momento que alcé la vista vi a Zoro dormido en la pequeña cama de la habitación. Con rapidez me levanté viendo clara mi oportunidad. Si el destino me daba una segunda oportunidad para escapar, ¿Quién era yo para rechazarla?

Traté de no hacer ruido al caminar, pero me detuve al ver tres katanas apoyadas a un lado de la cama donde Zoro descansaba, al fin y al cabo necesitaba algo con que defenderme. No creí que fuera a enojarse por tomar una de sus katanas, si le quitó una tendrá otras dos de sobra. Me acerqué a ellas siendo una de mango blanco, la cual llamó mi atención, era bonita y definitivamente combinaba conmigo.

Así que la tomé en mis manos sintiendo lo liviana que era.

¿Cómo es que usaba las tres al mismo tiempo? ¿Acaso le saldrá un brazo extra?

Con un nudo en mi garganta abandoné el sitio en busca nuevamente de un barco para escapar. No me había apartado mucho de la cabaña donde estábamos cuando una voz rasposa gritó mi nombre.

—¡Capitana Clarise!

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Tomé la katana de Zoro como si con solo tocarla me diera seguridad. No me giré al instante, pero cuando lo hice unas manos enormes me tomaron por los hombros.

—¡Vaya!—el hombre con barba enorme se burló— Nos volvemos a encontrar. La capitana plateada, justo frente a mis ojos.

Tomé una de sus manos torciéndola haciendo que se quejará de dolor.

Su pierna rápidamente pateó mi pierna, justo donde estaba mi herida. Al tirarme al suelo solté la katana y otros hombres aparecieron detrás de él.

Debí haberme quedado con Zoro.