Amor por Contrato || Arthur Havisham

Un amor no correspondido

Los rayos del sol se colaban entre sus cortinas, estiro levemente los brazos y giro lentamente hacia su costado en donde se suponía que su amado estaría descansando, sin embargo encontró su lugar vacío, tomo la sabana y envolvió su cuerpo con ella, se levanto completamente asustada y reviso el closet

- Oh, aun esta aquí- exhalo con alivio

- No pensaras que te abandoné ¿O si?- menciono el castaño mientras rodeaba su cintura con sus fuertes brazos para girar lentamente su cuerpo y quedar cara a cara

- Por un momento lo creí

El chico solo sonrió y deposito un tierno beso en su frente, ella levanto la mirada e impulso levente su cuerpo hacia arriba para besar los labios del chico

- ¿Desayunamos?, porque muero de hambre

- Bueno, déjame ponerme algo decente -

- No es necesario, así estas perfecta

- Arthur, una simple sabana rodea mi cuerpo, no puedo sentarme a desayunar así

- Bueno, puedo ayudarte con eso

Tomo el extremo que sujetaba la sabana a su cuerpo y la jalo levemente, haciendo así que esta cayera al suelo dejando ver lo que ante los ojos de Arthur era la pieza de arte más perfecta del mundo, ella cubrió su cuerpo con manos con un evidente gesto de vergüenza, se acerco y tomo las manos de la chica y las llevo a su cuello haciendo que estas rodearan su cuello

- ¿No tenías hambre?- pregunto con un tono nervioso

- Ello puede esperar-

La tomo de la cintura y lentamente la llevo en dirección a la cama, sus labios se unieron de una manera desesperada, sus respiraciones comenzaron a sonar cada vez más agitadas, el se despojo de las pocas prendas que lo vestían, con un leve empujón la tumbo en la cama, el Arthur delicado y cariñoso se había esfumado en ese momento, sus labios comenzaron a recorrer cada parte de loa chica, quien gozaba de la sensación que le hacia sentir, los gemidos se comenzaron a apoderar de la habitación, mismos que Arthur gozaba y lo hacían desear más, tomo su cintura y delicadamente se abrió paso a su intimidad, sus movimientos eran suaves y delicados pero lo suficiente acertados para brindar el placer de ambos

- Soy tuya, completamente tuya Havisham- musito entre gemidos

Una sonrisa se dibujo en el rostro de Arthur e inmediatamente se separo de ella, bajo de la cama y tomo su ropa, todo esto ante el rostro de confusión de la chica, quien se incorporo y tomo una almohada para cubrir su cuerpo desnudo

- Date prisa cariño que tengo demasiada hambre- dijo entre risas

- Esto no es gracioso - haciendo un pequeño puchero

- Te prendes demasiado rápido cariño- guiñando un ojo para después salir de la habitación

Ella solo sonrió y se levanto de la cama en dirección al closet, tomo una de las camisas de Arthur y se la coloco sin pensar, y salió rumbo a la cocina, camino en completo silencio hasta llegar a donde Arthur la esperaba, le hizo una pequeña seña para que este se recorriera y así lo hizo, sin mas se sentó en su regazo, nuevamente en completo silencio

El se limito a sonreír y observarla

No había sentido esa sensación de tranquilidad desde ella, o tal vez nunca había experimentado así

La tomo entre sus brazos y suspiro

- Nunca te alejes de mi- susurro

- No planeo hacerlo- sonrió, mientras depositaba un tierno beso en los labios del chico

Ambos habían encontrado lo que sin querer buscaban

▪▪▪

La conciencia de Angela comenzaba a jugarle una mala pasada, los recuerdos junto a Arthur comenzaban a proyectarse en su cabeza como si de una película romántica con final trágico se tratase

Ella no sabia en que momento ese cariño se había convertido en algo mas profundo e intenso, pero si sabia que no estaba dispuesta a perder de ninguna forma a Arthur y el haber aceptado esa propuesta todo habría cambiado

Ella había sido testigo de como los sentimientos de Arthur comenzaban a florecer y pertenecer a aquella chica, la misma que estúpidamente ella había elegido para él

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas sin parar, tomo la pequeña almohada que sostenía su cabeza y la coloco en su rostro para ahogar esos malditos gritos que la estaban asfixiando, ¿Dolía? Claramente si, mas de lo que ella hubiera imaginado

El sonido del teléfono freno sus pensamientos, se levanto del pequeño sofá y camino sin preocupación a la mesa en donde el teléfono aguardaba a ser respondido

-Si, Ángela al teléfono - esperando pacientemente la respuesta de quien estuviera al otro lado del teléfono

- Hola Angie- reconoció la voz al otro lado del teléfono y sonrió pero no fue una de felicidad, más bien fue una con pesar- solo quería saber como estabas, mi padre me conto que discutiste con Joanne

-Oh, Arthur que sorpresa- tratando de ahogar su llanto- no te preocupes no fue nada importante, sabes como es de loca e histérica tu prometida- soltando una risa amarga al final- Yo... yo, lo siento no quise decir ello

La risa e Arthur mato en momento de tensión que ese comentario había creado

- No te preocupes, aun es un poco molesto e incomodo que siga presentándose de esa manera con las personas... En fin- suspiro- espero que estés disfrutando tus pequeñas vacaciones-

- Lo estoy haciendo-

La voz de la chica se hizo presente en la atmosfera, sintió como si una bala atravesara su estomago al oír como se dirigía a Arthur o como ella solía imaginar SU Arthur

- Amanecimos muy entusiasmados el día de hoy-

- Es el mar- suspiro- el encanto caribeño, y los paisajes que he recorrido en la ultima noche y parte del día me traen en las nubes, hace tiempo que no me sentía así de bien- nuevamente suspiro

- Supongo que con ello te refieres a que las cosas se tornaron serias

- No te imaginas cuan serias -

Esas ultimas palabras fueron mas que suficientes para que las lagrimas se abrieran paso nuevamente, las decisiones que había tomado comenzaban a pesarle

- Me alegro por ti-

Sin mas por decir colgó el teléfono sin siquiera despedirse

No había mas por hacer, su acto de cobardía había acabado con cualquier posibilidad que hubi8era imaginado, si tan solo el plan de Jackson hubiera funcionado las cosas serian completamente diferentes, ella había entregado al hombre que amaba a los brazos de otra

Ese sería su castigo, su condena

Se tumbo sobre la cama y opto por posar su cuerpo en posición fetal, las lagrimas caían sin dar tregua, en ese momento su cabeza tejió hábilmente dos opciones

la primera era rendirse y aceptar que había perdido al hombre que amaba y la segunda, buscar la ayuda de las únicas personas que querían ver a ese par lejos uno del otro