Una celda, tan parecida a las anteriores, solo que esta vez era diferente, se sentía diferente y Ramé lo sabía, sabía que su final por fin había llegado, si lo pensábamos con detenimiento había tenido suerte pues llegar a los 28 años viva y libre con este estilo de vida era casi un logro y no se arrepentía de nada, ya no sentía culpa o dolor, eso había sido remplazado por la impotencia de que fuera justo en este momento.
- Hola – dice un hombre de alrededor de 46 años, vestido demasiado bien para ser detective, pero demasiado informal para ser abogado, además del hecho que ella no había pedido uno - ¿desastre, Katastrophe, Pohroma, disastro, como debo llamarla?
- Ramé está bien – dice la mujer enderezándose un poco – ¿cómo lo llamo yo? necesitamos más confianza si es que quiere psicoanalizarme
- ¿Cómo sabe que soy Psicoanalista? – él sabía que era una mujer sumamente inteligente la prueba de eso es que había burlado la ley de múltiples países por mas de 15 años, pero no podía evitar sorprenderse.
- Fácil, por su forma de mirarme – la miro sin entender – desde que me atraparon me eh cruzado con al menos una docena de hombres unos me miraron con repulsión, otros con deseo y otros con la combinación de ambas cosas, solo usted me mira con curiosidad.
- Es una mujer muy observadora
- Ya que básicamente de eso se trata mi trabajo, debo serlo...
- Lucas – sonríe la mujer, una de sus armas más letales según había leído Lucas, pero a el eso no lo afectaba – ya que mencionaste tu trabajo, me gustaría que me contaras sobre él.
- No, por favor – dice la mujer mirando hacia el techo – esperaba que fueras mas interesante, que vieras más haya de él y no solo lo que te piden aquellos que nos miran – la última frase la dice mirando al espejo trampa – pregúntame lo que tú quieras saber.
- ¿Cuál es tu nombre real? – sonríe de lado la mujer.
- Fui registrada con el nombre de Romina... los apellidos ya no importan
- Son parte de tu identidad – rie un poco
- Mi identidad fue borrada hace mucho tiempo
- ¿por quién?
- Un hombre con demasiado dinero y aún más tiempo libre.
- Cuéntame mas sobre ese hombre
La mujer se quedo en blanco, hace mucho que no pensaba en él, pero aun mas que no sentía ese miedo que solo el producía en las personas; lucas que era un experto en la materia noto que el tema le costaba así que le pregunto si quería tomar o comer algo, recuperándose un poco le pidió una botella de ginebra y un paquete de galletas dulces, extraña combinación pensó, pero igual se lo consiguió.
- Entonces – dijo Lucas sirviéndole un pequeño trago.
- Él era un hombre tan... magnético esa es la palabra, cualquiera que lo conociera ya fuera hombre, mujer o niño caía rendido a sus pies y yo no fui la excepción, aunque no es como que hubiera tenido opción, pues fue a lo único que pude aferrarme.
- ¿tu familia, en donde esta?
- Muerta, solo mis padres en realidad, pero es la única que conocí. Vivía con ellos en una casa enorme llena de personas del servicio y hombres que nos cuidaban, en ese entonces no entendía el porqué, es más ni siquiera lo pensaba, pero era feliz; mis papas jugaban mucho conmigo – la mujer piensa un poco – no eran juegos... eran entrenamientos, era el ensayo de lo que debíamos hacer mi madre y yo en caso de un ataque, pero cuando paso nada salió según el plan.
Ramé comenzó a describir su casa de pequeña una mansión estilo victoriano con grandes jardines, relato como en cada habitación de la casa habían escondites para ella y su madre, bajo el piso o entre el fondo falso de un armario pero siempre con la premisa que en el momento en que escucharan el estruendo (que años después descubrió eran disparos) ambas estarían en la misma habitación, lo cual no ocurrió; conto como se escondió en el hueco tras las camisas de su padre, la regla era no hacer ruido hasta que su padre llegara por ella pero en lugar de su padre llego aquel hombre.
- ¿te asustaste?
- Al principio... hasta que escuche su voz, era tan melodiosa – cierra los ojos como si estuviera escuchando su voz en este preciso momento – me dijo que no tuviera miedo, que no me lastimaría
- ¿lo cumplió? – pregunta dubitativo
- Claro que no – responde entre risas – me lastimo como nadie nunca lo ha hecho, me hirió tan profundo que no puedo decir su nombre a pesar de que ya no esta en este mundo
- ¿Qué le paso?
- Yo lo mate – Lucas había entrevistado a muchos asesinos seriales a lo largo de su carrera, pero nunca vio a alguno decir con tristeza que mato, por lo regular disfrutaban al recordarlo.
- ¿Por qué?
- Me vendió y prometió nunca hacerlo – Rame vio en la mirada de Lucas que no entendía y decidió contar todo, al fin y al cabo, no tenía nada más que perder – al principio pensé que era un héroe que me rescataba pues al salir de aquel lugar en los brazos de él iba viendo los cuerpos sin vida del personal de la casa y luego los de mis padres. Me subió a su camioneta blanca hasta las llantas y me llevo de ahí.
- ¿a su casa?
- No, a su academia; recuerdo que pasamos primero por un campo lleno de sembradíos, árboles frutales de todos los colores, huertos con hortalizas y establos con ganado, era como en los cuentos que mi mamá que contaba... pero solo era el inicio, al fondo de aquel paisaje mágico había grandes, pero de verdad grandes muros color Oxford que "protegían" una serie edificios del mismo color, era como el contraste de la vida y la muerte. Había seis grandes edificios 2 de lado izquierdo, 2 de lado derecho y 2 frente a nosotros fue frente a uno de esos que la camioneta se detuvo.
- ¿Qué había ahí?
- Eran los dormitorios de las más nuevas en la academia.
- Por lo que entiendo era una especie de orfanato
- De algún modo, aunque en este caso los niños nos dividíamos en 2 grupos a los que sus padres vendieron y los que no teníamos porque él los había matado. Me llevo hasta el recibidor de aquel edificio en donde ya nos esperaba una mujer de unos 35 40 años, él me dejo en el suelo, a mi altura tomo mis manos y me dijo que esperaba mucho de mí, luego le dijo a la mujer que yo era especial que no había llorado ni una sola vez en todo el camino y fue ahí que me nombro Ramé.
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Niños Perdidos
RomanceRamé una mujer criada para el desastre nos cuenta su historia, cada abuso, cada golpe, cada invasión a su cuerpo, pero más importante cuenta como el amor la ha empujado al lugar en el que se encuentra... acorralada por la policía y mas vulnerable qu...