Capítulo 4

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Capitulo 4

Lucas entendía el concepto de "enganchar" chicas, pero no fue consciente de lo que realmente implicaba eso hasta que Rame describió paso por paso las acciones de Carlo, aquellas pequeñas y aparentemente inocentes atenciones hacia con ella; ir todos los días por aproximadamente un mes a la tienda solo para verla 2 minutos y dejarle dinero como propina era tener paciencia. Rame le dijo como cada domingo salía al mercado a comprarse ropa sencilla, un pasador o una labial, relato como posaba cualquier cosa que se compraba, consiente de que la observaban "pero es que siempre es así, aunque muchos no lo noten... siempre hay alguien observando" era verdad, así como muchas veces somos nosotros los que observamos al objeto de nuestro interés.

- ¿Cuándo hablo contigo de verdad? – la chica esbozo una pequeña sonrisa, le divertía notar su estupidez

- Era jueves, entro a la tienda como todos días he hizo lo que siempre, pero ese día había algo diferente y él lo sabía... sabía que ella estaba ahí, era mi primer trabajo y a pesar del entrenamiento me faltaba malicia, no calcule lo hábil que debió ser para llegar a hasta donde llego – Lucas no entendía a que se refería, así que ella siguió – ese día me dejo mucho más dinero que nunca, recuerdo que antes de salir de la tienda me miro por encima del hombro, no con una sonrisa si no con fé... como el apostador mira al caballo.

- La bruja se enojó – Rame rio al oír como la llamo.

- Vaya que lo hizo, me golpeo con un bastón de madera y yo había perdido, había caído en el artilugio de Carlo, pero no seria en vano; expuse a propósito mi rostro, mis brazos, mis muslos...

- Con que fin.

- Mostrar mi fortaleza – la mente de Lucas estaba colapsando, se esforzaba por entender – quería demostrar que podía sobrevivir, el domingo era la feria del pueblo y saldría a mostrar mis golpes, que estarían morados para entonces; el los vio, me vio sonreír ilusionada con el labio roto y los brazos amoratados... luego lo vi yo y supe que había ganado, ya lo tenía. Se acerco a mi, frente al puesto de buñuelos, me compro uno y se disculpó por causarme problemas

- ¿Por qué aguantas todo esto? – me pregunto como si de verdad le importara.

- Porque soy muchas cosas, pero malagradecida no – le respondí – ella me dio trabajo y un lugar para dormir, esto es un precio justo por eso.

- No le debes lealtad a quien te lastima – Rame ríe sin gracia bebiendo otro pequeño vaso – tenía razón, mucha....

Narro la propuesta de irse a trabajar con él y como ella se negó diciendo que la bruja era una señora mayor y que no la podía dejar sola; Carlo le había dado un fajo de dinero para que lo pensara, prometiendo darle el doble para que se lo diera a la bruja como agradecimiento. La mujer le conto entre risas que lo que le dio no era ni la quinta parte de lo que el cobraba a los hombres por una noche con ella.

- Eventualmente acepté claro, lo que no sabia es que no solo me pescaba a mí; paso por mi en una camioneta lujosa negra, al subirme vi a tres niñas sentadas en la parte de atrás emocionadas con cada detalle – se sirvió otro trago – la más pequeña tenía 7 años, a mí me sentó a su lado y tomo mi mano diciendo "te esperan grades cosas, se reconocer el talento". Luego de varias horas de camino llegamos a una gran casa con jardines hermosos y un enorme lago, bajamos emocionadas, bueno ellas que veían arboles y lujo, mientras yo veía las cámaras y los hombres armados en cada límite de la propiedad; nos llevaron a la parte baja de la casa, recuerdo que en cada escalón que bajábamos se quedaba el lujo, la luz, nuestra esperanza.

Niños PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora