6ª. Empieza el torneo de Ranma

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6ª. Empieza el torneo de Ranma.

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Ranma se despertó, Akane estaba abrazada a él, y con una pierna por encima de su cuerpo.

El chico la miró.

-Cada vez me lo pones más difícil, como sigas así algún día no voy a poder contenerme y….- murmuró en bajo el joven.

Con cuidado de no despertar la joven se deshizo de su abrazo y le quitó la pierna de encima suyo, la miró unos instante y suspiró.

-Me va se difícil volver a la monotonía. Me estoy acostumbrando mal. Eso de dormir contigo me gusta demasiado para perderlo cuando volvamos a Nerima- el chico sonrió, y acarició la cata de su prometida- no sabes lo tentadora y sexy que estás así durmiendo. Duerme mi ángel que cuando acabe de ducharme te despertaré. Es muy pronto y puedes dormir un poco más. Esta noche será la ultima que podamos dormir juntos. Ojala nos pudiéramos escapar y no volver a casa, pero tenemos obligaciones que cumplir en casa, pero esa obligaciones sólo nos conciernen a ti y a mi.

Se levantó, cogió su ropa y se metió en el baño. No había cerrado la puerta del baño cuando Akane abrió los ojos, estaba despierta de antes que él y oyó todo lo que le dijo. La chica sonrió feliz, ese chico podía ser un egocentristas y presumido, pero también era dulce, sobre todo cuando pensaba que nadie lo escuchaba.

Se levantó, hoy pondría en practica lo que había deseado durante el tiempo que habían pasado juntos en esa habitación. Hoy se bañaría con él, no sabía cuando volvería a tener otra oportunidad de hacerlo.

Cogió su ropa se dirigió al bañó, se paró un instante y entró en el baño.

Ranma se acababa de meter en la bañera. Miró con apatía el agua que lo cubría.

¡Maldita sea!, ¡Maldita sea!- maldijo en voz baja.-Podía haber esperado que Akane se despertara y haberle propuesto que no bañáramos juntos. Soy el tío más idiota del universo. Tener una prometida como Akane, y ser lo bastante cobarde con ella para no pedirle ni un beso, así nuestra relación no a avanzará nunca.

Oyó un ruido y vio a Akane entrar al baño. Ranma se dejó caer en el agua y se tapó la cara. Ahora tendría una pelea con la joven. Pensó en la primera vez que se vieron en el baño, y su cara se sonrojó. No participaría en el torneo Akane acabaría antes con él.

Akane sólo tapándose con una toalla entró en el baño. Sintió como se sonrojaba, tembló de nervios, ahora no estaba tan segura de estar haciendo bien. Él podía ser cruel y reírse de ella. Lo vio mirando el agua, notó que el chico estaba nervioso, tanto o más que ella.

La chica avanzó y se metió en la bañera. Ninguno de los dos se miró directamente, miraban el agua como si fuese lo más atrayente del mundo.

Al final fue él quien rompió el silencio.

-Me pasas el gel- pidió el chico sin levantar la cabeza. El tono del joven era tímido y se le notaba nervioso, jamás había tenido tan cerca una mujer desnuda, y si esa mujer era Akane el nerviosismo aumentaba miles de veces.

- Si claro- dijo Akane, en un tono avergonzado, tampoco lo miró a los ojos.

Los dos chicos estaban sonrojados, sabían que debían levantar la vista y mirarse a los ojos, pero la externa timidez de los dos se lo impidió.

Se ducharon juntos, pero sin mirarse. A los dos les daba vergüenza ver al otro desnudo, aunque no era la primera vez que se veían desnudos. Pudo más la timidez que el deseo de enjabonarse el uno al otro, aunque los dos deseaban eso con ganas. Mantenían un silencio incomodo y procuraron no tocarse ni con los pies. Todo iba mal, esos dos idiotas incapaces de expresar lo que sentían no se atrevían a tocar el cuerpo desnudo del otro, aunque dormían abrazados, eso de tocarse o incluso rozarse, estaba más allá de su posibilidades.

Nadie nos vencerá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora