"𝑏𝑒𝑏𝑒, 𝐸𝑙 𝑐𝑖𝑒𝑙𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑢𝑠 𝑂𝑗𝑜𝑠" / ˢᵖʳᵒⁱᵉʳ [+18]

𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 19

No pensó realmente todo el plan. Todo lo que sabia era que quería salir de su casa por un dia o dos, tal vez asustar a sus padres un poco, así podrían dejar de pensar que él no era importante.

El único lugar que conocía (y en el que en realidad quería ir) donde sus padres no lo encontrarían era la casa de Spreen. A Roier le gustaba allí más de lo que le gusta su propia casa, de todos modos.

Así que una vez que estuviera listo para irse, se sentó en su escritorio y escribió una pequeña nota a sus padres. Me iré por un tiempo. Todavía iré a la escuela. No se molesten en encontrarme.

Era la cosa más estúpida que jamás había hecho en su vida, pero estaba tan cegado por la furia y tristeza que sólo quería escapar por un tiempo.

No le mandó un mensaje a Spreen, sólo en caso de que decidiera dar la vuelta porque era una mala idea. Después de dejar la nota en su escritorio (él sabía que su madre entraría a la habitación por la mañana cuando él no se presentara para el desayuno), cercioró que todo el mundo estuviera en su habitación antes de irse.

Se coló a través de la parte de atrás y después de que se aseguró de cerrar la puerta, comenzó a caminar por la calle hacia la casa de Spreen.

Comenzó a llover, jodidamente, porque Dios aparentemente odiaba Roier. Estaba empapado y temblando al momento en que llegó a la casa de Spreen alrededor de las once.

¿Debía tocar el timbre? ¿Debería llamar a Spreen?

Eligió tocar el timbre, a diferencia de cualquier adolescente normal. No pasó mucho tiempo hasta que se abrió la puerta y la señora isabel se quedó allí, mirándolo fijamente.

"Umh, hola. Estoy aqui- "

"Spreen está arriba. Estoy a punto de salir." Ella dijo, disparándole una sonrisa triste antes de agarrar su bolso de la mesa de la cocina y salir.

Roier cerró la puerta y se quitó la capucha, luego subió las escaleras. Él llamó a la puerta del dormitorio de Spreen antes de que poco a poco se abriera.

"¿Roier?" Spreen preguntó confundido, con los ojos en la bolsa de Roier.

"Si. Uh. Hola. Yo como que, umh- ¿me escapé de mi casa? Mis padres, uh... No tomaron la noticia de la mejor manera y yo no podía soportarlo más. ¿Puedo quedarme aquí? Sé que es de repente y-"

"Roi, está bien." Spreen aseguró y Roier suspiró, aliviado. Sabía que cuando Spreen le llamaba "Roi" todo estaba bien.

"Bueno, voy a tomar una ducha ahora porque estoy completamente empapado en sudor y lluvia." Roier le dijo y Spreen sonrió, volviendo a lo que parecía ser su tarea.

Él estaba haciendo la tarea a las 11 en punto. Guauu.

Roier se ducho rápidamente y luego se puso unos pantalones de chándal Nike y el suéter gris cómodo de Spreen.

"¿Qué haces?" preguntó mientras se acercaba por detrás de Spreen, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del chico mayor y aplastando sus mejillas juntas.

"Tarea."

"¿De qué?"

"Matemáticas". Respondió el Pelinegro, rodando los ojos. "Odio las matemáticas."

"¿No estás cansado?"

"Un poco"

"¿Quieres que te haga un café?"

"¿Sabes cómo hacer café?"

"No, pero puedo buscarlo en internet."

"Jesucristo".