Stranger

05

Cuando Kirirshima conoció a Bakugo ambos eran adolescentes, estaban en esa etapa de guerra con sus hormonas. Todos los chicos del su curso buscaban cómo llamar la atención de las chicas y verse geniales. Incluso el mismo Kirishima admitía con vergüenza haber hecho cosas lamentables para demostrar su hombría frente a los demás. Sin embargo, Katsuki jamás hizo nada, el rubio sobresalía por naturalidad, tenía las mejores notas, era uno de los atletas sobresalientes y a pesar de su carácter fuerte y arrebató de ira, todos confiaban en él para nombrarlo presidente del curso. Era el Inquebrantable Bakugo Katsuki y claro que él lo sabía, por eso se daba la libertad de pavonearse frente a los demás.

Eijiro le dijo muchas veces a su amigo que sentía envidia de como su casillero siempre rebalsaba cada 14 de febrero, sin mencionar que todos los días tenía una carta. Era algo normal verlo solo con una chica o chico quien le declaraba su amor. Por años había visto como siempre lo invitaban a fiestas o a diferentes actividades, con tal de llamar su atención. Estaba molesto de ser siempre el intermediario, ser el amigo al que todos hablan buscando acercarse a Bakugo.

Pero Kirishima también sabía las cosas detrás de esa facha de Idol que cargaba su amigo, no por nada era su "mejor amigo". Lo había visto despegar del suelo y volar hasta tocar las estrellas, ilusionarse con una persona, lo escuchaba jurar y perjurar que era el amor de su vida y entregarle todo. Pero llegada la hora, Kirishima se volvía su paño de lágrimas, lo había visto en sus peores momentos, había visto cómo se arrodillaba en el fango recogiendo los pedazos de su corazón. Porque él sabía que cuando su amigo se enamoraba lo daba todo sin reserva, odiaba a todos sus Ex's porque no valoraron a su amigo.

Él conocía a su amigo mejor que nadie, por ello comenzó a preocuparse cuando noto que se estaba encerrando, cuando dejó de ir a sus fiestas y dejó de arreglarse como siempre. No quería que su amigo volviera al frenesí de fiesta eterna como estaba en la universidad, pero no creía que fuera justo que su amigo caiga en depresión y se encierre por culpa de esos "Extras", como los llamaba Bakugo. Estaba preocupado y no sabía cómo ayudarlo.

Pero sus preocupaciones dieron una vuelta de 180 grados cuando después de su discusión comenzó a llegar tarde a casa con una disco nuevo, comenzó a comprar más libros que antes, en las mañanas se tomaba más tiempo en arreglarse y ya no usaba sus trajes elegantes, comenzó a usar algo menos formal. Cuando le llegaba un mensaje a su celular, una pequeña sonrisa brotaba de sus labios y no importaba que estaba haciendo, respondía el mensaje. Después comenzó a encerrarse en su cuarto por largos periodos de tiempo y cuando salía estaba de tan buen humor, Denki le juro que lo escucho hablar con alguien.

Pero sus preocupaciones incrementaron cuando algunos viernes llegaba pasado la media noche y noto que comenzó a sobreponer a Foster the People sobre Metalica o Nirvana, además que había empezado a escuchar música de bandas nacionales como Blue Encount, Eve y ASIAN KUNG-FU GENERATION. Hubiera dejado pasar todo eso por alto si no fuera porque un día llegando a casa lo escucho cantar a todo pulmón Cherry de Ai Otsuka mientras lavaba los platos, no podía caber en la cabeza de ninguno de los dos cómo el gran Bakugo Katsuki comenzó a escuchar y cantar canciones de Ai Otsuka, simplemente no era posible.

Eijiro y Denki se pusieron de acuerdo de que había que hablar con él y tantear la situación, esta vez ambos se encargaron de cuidar su corazón y no le dejarían que cualquiera lo volviera a lastimar, porque su amigo se merecía un buen romance y la historia de amor con la que soñó y jamás admitiría.

El plan era sencillo, Denki y Eijiro habían decidido llevar a su amigo a un paseo por un mercado de pulgas, con la excusa de buscar algunas chucherías que el pelirrojo usaría en su trabajo.

Comenzaron con comentarios "sutiles" sobre tener una relación o estar enamorado de alguien, Katsuki los ignoraba por completo. Después fueron con preguntas disimuladas, claro que las respondía; pero no daba la información necesaria para sacar una conclusión. Ya era medio día y ambos estaban cansados de perseguir a Bakugo por todo el lugar, esquivando a los transeúntes y a las diferentes personas, ya que de igual forma, para ese punto Bakugo estaba fastidiado por la actitud de sus amigos.