"Que me entierre el olvido, mi amor, pero no puedo más"
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—Kim Minjeong, aceptas a Jung Jaehyun como tu legítimo esposo para jurarle fidelidad, cuidarlo en la enfermedad, estar a su lado en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe.
—Acepto.
—Entonces los declaró marido y mujer, felicidades por este matrimonio.
El sacerdote sonrió alegremente mientras Jaehyun solamente sentía náuseas al tener que besar a Minjeong, los aplausos y las risas de los invitados solamente lo aturdía más. 'Hipócritas', esa palabra rondaba una y otra vez en su cabeza mientras se inclinaba a besar a su ahora esposa la cual tampoco se veía feliz de haber contraído matrimonio pero ¿a quién le importa la felicidad cuando tienes dinero? No importa qué miserable sea tu vida, puedes tomar un viaje y llorar en Ámsterdam tranquilamente mientras te compras mucha ropa y haces turismo ¿eso cura la tristeza? pues no pero los padres de Jung no lo saben.
La ceremonia acabó y la fiesta fue realmente aburrida entre saludando gente, recibiendo sus patéticas bendiciones, Jaehyun ya estaba harto de todo y solamente quería ir a casa a ducharse y dormir. Cuando los padres de ambos esposos los llevaron a la nueva casa donde vivirían, Jaehyun ni siquiera se había molestado en ayudar a Minjeong con sus maletas, al contrario llegó más rápido a casa y se acomodó en una habitación aparte de la matrimonial.
—Yo tampoco estoy feliz por esto pero creo que podemos intentarlo.
—Déjame bañarme en paz.
Soltó el castaño azotando la puerta en su cara mientras la chica se quedaba en silencio para ir a la habitación a vestirse para dormir, Jaehyun salió y fue a la habitación por ropa pero fue entonces cuando Minjeong lo detuvo y sin perder mucho tiempo retiró su sostén dejando a la vista sus hermosos pechos, acariciando delicadamente una de las mejillas de su esposo.
—Dame la oportunidad de hacer esto funcionar.
—Mierda Minjeong, solo quiero descansar ya, vístete y vete.
Retiró su mano sin llegar hacerle daño pero siendo muy brusco en el intento, salió de la habitación y se fue directo a dormir dejando a su esposa completamente confundida y triste.
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Jaehyun se encontraba tomando de la cintura al muchacho de cabellos blancos, disfrutando cada centímetro de su piel y sus dulces gemidos.
—Te quiero, Taeyong.
—Me fascinas tanto...
Nuevamente unieron sus labios en uno de los tantos besos de esa noche.
Jaehyun se había bañado y se colocó una pijama mientras Taeyong seguía desnudo recostado en el colchón y envuelto entre las sábanas su respiración era tranquila y observaba el ventanal del hotel que dejaba entrar una agradable brisa acompañado de la luz de la luna.
—¿Te quedarás a dormir?
Preguntó débilmente el peliblanco mientras dejaba caer uno de sus brazos por el colchón haciendo que las yemas de sus dedos rozaran la fría losa, Jaehyun lo miró extrañado y asintió para sentarse a la orilla acariciando delicadamente una de sus piernas, Taeyong quedó en silencio.
—¿Te duele algo?
—No, simplemente es raro porque siempre que terminamos de hacerlo sales corriendo inmediatamente.
—Lo siento...
—Siempre es lo mismo, ya me acostumbre.
Se puso de pie rodeando su desnuda figura con la sábana para irse directamente al baño dejando a un afligido Jaehyun que miraba su celular lleno de mensajes de su esposa que solamente lo irritaba porque Jeno estaba enfermo nuevamente, decidió ignorarlo y se acostó esperando a Taeyong mirando el techo cuando las memorias le atacaron.
