Profesor | Cillian Murphy

Parte #12

Narra Elisa:

Entre al salón y mis piernas temblaban por completo, me sentía temerosa y muy ansiosa, la verdad no quería estar con Cillian en un pupitre todo incómodo, aunque no me molestaría hacerlo en su auto o en el mío.

Tome asiento encima del escritorio, deje mi teléfono aun lado de mí y cruce las piernas, dejándolas un poco más descubiertas.

—¿De qué quería hablarme profe?— Pregunte coqueta

Escuche el cerrojo de la puerta, lo que significaba que nadie podría abrir la puerta.

—Sabes— Abrió Cillian la conversación

—Dígame profesor— Respondí apenada

Me sentía algo asustada, tal vez Melanie tenía razón y era un loco fan de las niñas preciosas.

—Eres la chica preciosa más inteligente que conozco— Me dijo mientras caminaba a mí

Pase saliva y sentí como mis mejillas ardían aún más, se puso enfrente de mí y me veía dulcemente, con esa mirada que irradiaba calidez.

—Muchas gracias— Le respondí agachando la mirada

Su cumplido me sorprendió de manera grata, jamás pensé recibir un cumplido tan bello de su parte.

—Usted también es muy atractivo, e inteligente, profesor— Le correspondí dulcemente

—Señorita Marie, ¿En verdad le parece que soy atractivo?— Pregunto de manera seductora

—Creo que usted es muy atractivo— Le dije dulcemente

NARRA CILLIAN:

Los ojos de Elisa brillaban como los más finos zafiros y su piel de seda me incitaba a acariciarla, sus manos delgadas y delicadas jugueteaban con sus cabellos de oro y esos deliciosos labios de rubí me incitaban a besarla.

Me sentía extasiado y el brillo de sus bellos ojos me hacía volar por completo.

—¿Le parece que yo soy bonita?— Me pregunto inocentemente

—De los lugares que he visitado, tú eres la mujer más bonita que he visto— Le confesé con una sonrisa cálida

Elisa se veía avergonzada, me lo mostraban sus mejillas coloradas, sin embargo, su postura segura de sí misma me hacía creer que estaba como un pez en el agua.

Su cuello ligeramente descubierto me hacía desear ahorcarla, me hacía querer llenarla de besos.

—Quiero preguntarle algo, profesor— Me dijo Elisa

Yo me sentí extrañado, ¿Qué es lo que querrá?

—¿Qué pasa Elisa? —Pregunte con una sonrisa serena

—Exactamente, ¿Para qué me cito aquí? —Me pregunto muy coqueta

Bajo la pierna que tenía encima de la otra y abrió un poco más las piernas, jugueteo más con su cabello y sus gestos me parecían profundamente atractivos, sus ojos era lujurioso y su piel de terciopelo era brillante y desprendía el más bello olor a flores.

—Quería pasar un tiempo a solas contigo— Dije directamente

Elisa miró hacia otro lado, se veía avergonzada y esto me freno por completo, ya que no quería que ella se sintiese tan incómoda.

—No quería incomodarte— Mencione avergonzado

Elisa se levantó del escritorio y se puso enfrente de mí, estábamos a pocos centímetros y la ternura invadió mi corazón, pues ella se veía pequeña a mi lado, decidí no moverme, quería que ella lo hiciera.