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—¿En qué le podemos ayudar señor Min? —Preguntó el oficial tecleando algo sobre su computadora.

—Yo... he venido a entregarme.



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El es muy guapo, ¿no es así? —Dijo uno de los chicos del grupo, encendiendo un cigarrillo —. Imaginen sus bonitas y pálidas piernas al rededor de sus cinturas. Uff, debe gemir como toda una p*ta.

YoonGi miró al chico en cuestión y frunció el entrecejo. No le gustaba para nada las insinuaciones qué hacían de Park Jimin, su compañero de clases desde el preescolar y, el chico de quien había estado enamorado desde hace más de un año. El presidente de la clase, el favorito de los maestros y el más querido por los compañeros. Ese chico.

—Deberíamos de llevarlo a algún rincón y jugar un poco. —Dijo otro.

—Por favor, ¿podrían callarse? —Habló YoonGi, no pudiendo soportar seguir escuchando aquellas estupideces.

—Pero miren quien habló, ¡él serio del grupo!

Los otros chicos se rieron ante aquello y YoonGi les dedicó una mirada poco impresionada.

—Honestamente no le veo la gracia. Dejen al chico en paz.

—¿Por qué deberíamos? ¿Acaso te gusta?

—Si. —Respondió YoonGi con firmeza.

Los chicos guardaron silencio antes de asentir y decir un simple "entonces hazlo tuyo. Si lo quieres tomalo".

YoonGi se enojo tanto por aquello que se distanció del grupo. No quería continuar una relación con ese tipo de personas sin ningún atisbo de moral o respeto ajeno. Como si las personas no fuesen más que un simple objeto.
Y sin embargo, la idea de tener a Jimin entre sus brazos, besarlo y tocarlo no podía salir de su cabeza, por más que lo intentara.

Caminó cabizbajo por un par de minutos más hasta que sintió chocar con algo, o más bien alguien, antes de caer al piso.

—¡Lo siento!, ¿Te lastime?, lo siento mucho de verdad, déjame ayudarte.

YoonGi se tensó al escuchar aquella voz. Elevó la mirada y se encontró con el bonito rostro de Jimin frente a él, quien lo veía con una expresión de preocupación mientras le ofrecía su mano para ayudarlo a ponerse en pie.

YoonGi no tomó su mano, optando por levantarse por si mismo.

—Gracias. —Dijo YoonGi, desviando la mirada —. Agradezco el gesto pero no me gusta ser una molestia.

—Oh, lo entiendo. —Jimin miró el reloj en su muñeca y se sobresalto un poco —. Demonios, voy tarde para mi cita. Bueno adiós. —Dijo Jimin con una sonrisa antes de rodear a YoonGi y continuar su camino a la salida.

«Cita... Jimin iría a una cita».

YoonGi sintió sus pies moverse por si mismos.

Jimin sollozaba, recargandose en el bote de basura que se encontraba en aquel callejón a escasas cuadras de su casa. La ropa sucia y pegajosa así como dañada, al igual que su corazón y su alma.

—No le digas a nadie sobre esto. —Dijo YoonGi subiendo la cremallera de sus jeans y yéndose de ahí.





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—¿Por qué lo hizo? —Preguntó el oficial, viéndolo con repulsión.

—En aquel entonces estaba enamorado de él. No pude detener mis impulsos y deseo desenfrenado. Mi mente dejo de pensar y deje mi cuerpo actuar por instinto.

—¿Y que hizo después? ¿Por qué no le dijo a nadie? ¿Por qué abandono a ese pobre chico a su suerte?

—Por vergüenza, temor, arrepentimiento. Esa fue la primera vez que yo tenia relaciones con alguien y...

—Eso fue una violacion. —Lo interrumpió.

—Si. Igual era la primera vez que lo hacía. Por un momento el no puso resistencia y pensé que tal vez el también lo quería. No fue hasta que lo vi llorar qué me percate que no era de esa forma. Me di cuenta demasiado tarde.

—Eso no justifica nada, y lo sabe, ¿no es así?

YoonGi asintió.

—Es por eso que he venido a confesar mi delito.

—¿Y porqué hasta ahora? ¿Por qué diez años después?

—Porque yo pensé que ese chico lo superaría. Jamás imagine que quedaría con traumas y seria el culpable de arruinar su vida.

—Entiendo. Sin embargo ese chico no levanto ninguna sola denuncia. Tiene un registro limpio y no hay nada anormal en su expediente además de sus sesiones de terapia.

—Yo quiero pagar por lo que hice.

—¿Tiene familia señor Min?

—Un esposo maravilloso y un pequeño que adoptamos.

—¿Y que hay de ellos? ¿Saben de su decisión de venir aquí?

—Mi hijo es aun muy pequeño. Sin embargo he hablado con mi esposo y, aunque no estuvo de acuerdo, dijo que me apoyaría en mi decisión.

—¿Y él sabe que abuso de alguien?

—Acaba de enterarse.

—Bien. Vaya a casa, no tiene permitido salir del país hasta que veamos el caso y hablemos con la otra parte involucrada.

—Entiendo, gracias.

Medusa || Yoontae / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora