08

194 35 5
                                    

Los siguientes días Jimin no salió de su habitación. El encuentro con el hombre que le había hecho tanto daño en el pasado, el culpable de todos sus traumas y su dificultad para socializar o entablar una relación amorosa con normalidad, le había afectado demasiado.
Si bien, la terapia y sus hobbys, así como su trabajo habían sido de gran ayuda, parecía como si el avance que había logrado en todos esos años se hubiese reducido a cero únicamente con la aparición de Min YoonGi frente a el.

Sintió su celular vibrar por enésima vez en el día y cerró los ojos, profundizando su cabeza sobre su almohada, deseando poder seguir durmiendo, como lo había estado haciendo las últimas 27 horas.
No necesitaba saber quien le llamaba, sabía que era Hoseok quien seguía insistiendo desde ese día que fue sacado de su departamento a patadas. Si bien, Jimin era consciente de lo injusto que había sido con Hoseok, no podía realmente lamentarse, no cuando su salud mental estaba gravemente comprometida y más que una ayudar,  podía llegar a causar una desgracia.

—Quisiera morirme... —Murmuró Jimin sobre su almohada.

Unos toques en la puerta lo hicieron reaccionar y salir de su pequeña pero asfixiante burbuja. Los golpes eran insistentes pero no tan fuertes como para que fuera considerado como agresivo. Jimin pensó en ignorarlo para continuar lamentándose por si mismo y atormentandose por cosas del pasado, cuando escuchó los golpes volverse cada vez más y más insistentes.

Irritado por la situación,  se puso en pie y se dirigió a la puerta, jurandose a sí mismo que si se trataba de Hoseok, lo golpearla ahí mismo por no respetar su espacio. Y si, sabia que ahora eran novios y muy probablemente no estaba siendo del todo justo, pero todos merecen un tiempo. Que si había pasado más de una semana, el amor puede con eso y más.

Abrió la puerta, gritando:

— Ahora no Hoseok. Te dije que esperaras a que... ¿Quién eres tu? —Preguntó Jimin con confusión al ver a un chico que no había visto nunca frente a el.

—Hola. Perdón por haber venido sin avisar, mi nombre es Kim Taehyung, y soy el esposo de YoonGi.

Jimin parpadeo.

—¿Esposo?

Taehyung asintió.

—Ah. —Jimin soltó una risa sin humor —Ya veo, así que se caso y vivió una vida tranquila y feliz mientras yo me iba directo a la mierda. Bien, dime, ¿Sabes que tu marido es un jodido abusador?

—Estoy enterado del daño que te hizo, si. Acabo de enterarme hace poco más de quince días. Sin embargo, mi esposo no es un violador. Es verdad que cometió un error en su juventud, uno muy grave el cual no tiene justificación alguna, pero no es algo que hiciera con frecuencia. En realidad, sólo lo hizo una vez, y nunca más volvió a estar con otra persona. Hasta que aparecí yo en su vida, para no salir más de ella.

—¿Cómo puedes saber eso? ¿Quien te dice que no te echo mentiras y siguió abusando de chicos indefensos igual que yo durante todos estos años? ¿Qué te asegura que no lo siga haciendo?

—Confío en el.

Respondió Taehyung. Con tanta seguridad que Jimin no pudo hacer más que guardar silencio ante sus palabras.

—No deberías. —Dijo Jimin por fin, después de algunos minutos de silencio.

—¿Me dejas pasar? —Intentó Taehyung.

Jimin negó.

—Lo que tengas que decir hazlo por aquí. Pero si se trata de Min YoonGi, no me interesa. No quiero saber nada sobre el. Mi vida es perfecta así, soy feliz sin saber nada de él.

—Si realmente fueras feliz, no te encerrarias y aislarias de la gente a tu alrededor. No te lamentarías en silencio, o tendrías miedo de salir al exterior con temor a ser herido de nuevo.

Jimin abrió la boca y la cerró.

—¿Cómo sabes eso?

—Porqué yo también pase por eso. Yo también sufrí de abuso cuando era un niño.

Jimin abrió la puerta, invitándolo a pasar.

—Hablemos aquí dentro.

Taehyung asintió en respuesta antes de adentrarse al departamento.

Medusa || Yoontae / YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora