Hoy, a unas horas de mi decimoctavo cumpleaños, la ciudad de Valleblanco está envuelta en una calma mágica bajo el dosel estrellado del cielo nocturno. Desde mi ventana, observo cómo las luces parpadeantes de las farolas se mezclan con el destello distante de las hermosas estrellas, creando un cuadro tranquilo que contrasta con la agitación en mi interior.
Estoy sentada en la silla de mi habitación, una penumbra acogedora que se extiende bajo la luz tenue de una lámpara. Mi dedo índice sigue las líneas de un libro, mientras mis pensamientos vagan entre las palabras impresas y las estrellas que titulan afuera. Mi estómago ruge de hambre y cuando voy a dejar el libro para bajar a la cocina escucho un grito.
—¡Isabell a cenar! —Dejo el libro en el escritorio y a continuación me voy de mi habitación para ir al comedor. Mientras bajo las escaleras puedo olfatear el rico olor de la comida y si mi olfato no falla puedo asegurar que mi mamá hizo mi comida favorita. Llego al comedor y sí, efectivamente era lasaña.
—Eso sí que huele muy rico —mi cara desborda felicidad. Mientras mi mamá sirve la comida, mi papá sirve el refresco y yo solo aporto con mi boca.
—Sabes que yo siempre cocino extremadamente rico. —Que se note su cara de orgullosa, pero en eso ella no estaba equivocada, mi madre siempre cocina delicioso y esta noche no era la excepción.
—Y yo puedo confirmar eso —comenta mi padre llevándose el primer bocado de lasaña a la boca.
Seguimos cenando y hablando sobre mi cumpleaños, yo les dije que no quería una fiesta, pero se negaron y me dijeron que solo iba a ser una reunión pequeña con las amistades más íntimas, entonces accedí. Lo que si les dije es que iba a pasar la mañana en la biblioteca de la ciudad, porque hay que aprovechar que estoy en vacaciones y leer en la mañana es un placer que no pienso perderme. La biblioteca era uno de esos lugares que sentía que conocía en cada esquina. El crujido del suelo de madera, el aroma a libros antiguos y la suave murmuración de otros lectores formaban un telón de fondo familiar. Ahí me sentía como en casa, rodeada de historias que aguardaban ser descubiertas.
Terminando de cenar ayudé a mis padres a recoger todo y a lavar los platos. Subí a mi habitación y tomé una ducha caliente, me puse mi pijama y me acosté en mi cama para poder dormir.
...
—¡Feliz cumpleaños número 18! —Yo con mi cara de sueño les doy las gracias a mis padres, esto es un aspecto negativo del día de mi cumpleaños. Aproveché que me levantaron para tomar una ducha y arreglarme para salir a la biblioteca, mientras me arreglo contesto unos mensajes de felicitaciones de familiares y amigos. Bajo a tomar mi desayuno y me despido de mis padres.
Mientras camino para llegar a la biblioteca me encuentro a Lucas, unos de mis mejores amigos. Me da un abrazo y procedo a invitarlo a la "pequeña" reunión que me van a hacer mis padres. A Lucas le encanta la historia antigua y las leyendas mágicas, su capacidad para analizar información y aplicar su aprendizaje en diversas situaciones es algo que admiro de él, siempre anda diciendo que la historia no es solo un recuerdo, sino un río que fluye, llevando consigo los sueños de generaciones pasadas.
—Por supuesto que iré a tu cumpleaños, eso no me lo pierdo nunca, ¿puedo llevar a Ashley? No hay nadie quien la cuide —Ashley era su perrita, pero para él era su bebé.
—Claro que la puedes llevar si Ashley y yo somos amigas íntimas.
—Sí, excepto la vez que te mordió y la querías matar —se burló.
—No me recuerdes eso, además ese momento ya quedó en el pasado, ahí todavía no éramos amigas. —Dicho esto, ambos nos empezamos a reír a carcajadas, cada vez que nos veíamos era risas garantizadas. Nos despedimos, ya que yo iba a la biblioteca y supongo que él también estaba ocupado porque se veía que andaba rápido.

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El Enigma Del Reloj
FantasyIsabell, una joven escéptica, descubre un antiguo pergamino que habla de un reloj capaz de controlar el tiempo, pero solo por los miembros del linaje Steelheart. Mientras investiga el linaje perdido, Isabell se ve envuelta en un viaje lleno de magia...