Cartas

Capítulo 16.

Desperté y lo primero que hice fue tratar de controlar mis nervios por el partido de básquetbol que iba a jugar en unas horas.

No conocía a las otras dos chicas, pero sabía que me iba a tocar con María José, cosa que no me gustaba, pero pues tenía que hacerlo de todas formas.

Tuve que rogarle a mi mamá para que me pudiera dejar ir, pero cuándo llegó Victoria a la casa, todo se arregló y me dejó ir.

- ¿Y...? - preguntó Victoria

- ¿Qué?.

- ¿Cómo te sientes?.

- Pues normal. No me siento nerviosa ni tengo algún otro sentimiento.

- ¿Y con Ares?.

Me quedé callada. El silencio siempre me delataba.

- ¿Ares?. - pregunté y ella asintió -. Nada. - me límite a decir

- Ajá, sí. - a veces la inteligencia de Victoria aparecía en los momentos menos oportunos -. ¿Crees que vaya todo el salón a ver el partido?. - preguntó cambiando de tema

- No lo sé. Quizás y sí. Solo espero que no nos avergüencen.

Ambas reímos y continuamos caminando hacía las canchas de básquetbol que había cerca de la secundaria.

Cuándo llegamos, lo primero que vimos fue a Henry y Cepeda haciéndole porra a René, Brian, James y Ares.

- Ese par jamás va a dejar de hacer el ridículo. - dije y ambas reímos

- Al menos no están echándole pedo a ustedes. - dijo pero entonces volvieron a gritar los dos

- ¡Y las niñas son una tontas!. - dijeron al unísono

- ¡Sí!. ¡Ares supremacy, Lua es un asco!. - dijo gritando Cepeda y después soltó un gritó como de mujer

- Que se pudra. - dije para mí misma

Vi a María José junto con las que supuse que eran las otras dos chicas que habían retado a René. Me acerqué a ellas y Victoria se fue a dónde estaban Larisa y Maribel.

Ellas les estaban contestando la porra a Henry y Cepeda, pero de una forma más grosera.

- Lua, ellas son Lucía y Lupita. Vamos a jugar con ellas. - dijo María José y yo las saludé

Lucía era algo más morena y tenía el cabello demasiado largo, en cambio Lupita era más delgada y se veía muy amigable, además de que no parecía un peligro como Lucía.

- María José ya nos dijo sobre la apuesta. - dijo Lupita

- Sí. Yo quiero a René como esclavo. Ya me debe muchas y este es el momento en el que se las cobré. - dijo Lucía con una pizca de malicia

- No se preocupen, los vamos a hacer nuestros esclavos. De eso estoy segura. - dije

Ares Hernández

- ¿Entendieron el plan?. - dijo René, pero no escuché nada

Solo tenía una cosa en mente.

Lua.

Quizás y la idea de ser esclavo de Lua no era tan mala.

Sería interesante pasar más tiempo con Lua y saber más sobre ella.

Además, así podré estar más alejado de Martina.

El partido comenzó después de repasar una vez más el fabuloso plan de René.

Los primeros minutos habían hecho puntos René y Brian, aunque me dí cuenta que cada que nos acercábamos a la canasta, las amigas de Lua trataban de distraernos.

Pero Victoria era la única que intentaba llamar la atención de James.

Algunas veces lo lograba, otras no tanto; así que decidí hacer algo yo también.

Cada que me acercaba a la canasta para encestar, tiraba mal y Lua me robaba la pelota y su equipo hacían puntos.

René se dió cuenta de que fallaba mucho así que nos dijo que no me dieran el balón para marcar puntos. Pero haría cualquier cosa para perder y pasar tiempo con Lua.

Empecé a molestar a mi propio equipo con tal de hacerlos perder.

Cuándo llegó el descanso René fue contra mí de inmediato:

- ¡¿Qué haces?!. ¡Nos estás haciendo perder!. - gritó enojado

- Hago lo que puedo. - dije

- Pues no parece.

- A lo mejor se está distrayendo con Lua. - dijo Brian y René lo miró

Miré a Brian y después René me volvió a mirar.

- Estás fuera.

- ¡¿Qué?!. ¡No me puedes sacar!. Somos 4 contra 4. - dije haciéndolo razonar

- Es eso o perder por tu culpa.

- Si lo sacas, de todas formas perderemos. Nos sacan el doble de puntos. - dijo Brian

Miré a James que no había dicho nada. Él parecía que también estaba tramando algo en contra del equipo.

- Vamos a anotar los puntos que podamos y ya. Al final es un juego. - Brian tenía razón, es solo un juego

René acepto aún molesto y seguimos jugando.

Las chicas nos dieron una paliza en la segunda mitad del partido.

Perdimos por el triple de puntos que teníamos.

Note como Lua festejaba con sus amigas.

Se veía muy feliz.

- Perdiste por Lua, ¿No?. - me preguntó James y yo asentí

- La amo. Se ve tan linda festejando con sus amigas. - dije

- ¿Te diste cuenta que Victoria solo me gustaba a mí?. - preguntó

- Trataba de distraerte para que Lua ganará.

- Ah, sí. Ya lo sabía. - lo miré con una sonrisa

- ¿Creíste que te coqueteaba?.

- No. Para nada. - reí

- Cuándo sea novio de Lua convenceré a Victoria de que sea tu novia. - le dije y él sonrió

- ¿No vas a felicitar a Lua?.

- Después de todo los que paso en la quermes... - suspiré -. No lo sé.

- Deberías de aprovechar que está feliz ahora. - me dió un ligero empujón

- Está bien.

Empecé a acercarme a Lua pensando en lo que le iba a decir, pero no estaba seguro de mis palabras.

- Ares. Mi amor. - Martina se atravesó en mi camino -. Que mal que te toque ser esclavo de esas niñas castrosas.

Acarició mi mejilla.

- Martina. Tengo que hablar contigo.

- Claro. Dime.

¿Lo haré?.

¿Es el momento de hacerlo?.

¿Y si no es el momento?.

Tengo que hacerlo.

- Quiero terminar contigo.

Ella me miró sin decir nada.

- Es broma, ¿Verdad?. - rió

- No. En serio quiero terminar contigo.

- ¿Ya no me amas?.

- Ni siquiera sé si alguna vez te llegué a amar.

¡¿POR QUÉ DIJE ESO?!

Ya lo arruiné.

Tuve la oportunidad de terminar una relación de buena forma y lo arruine. Genial.

Martina salió corriendo mientras lloraba y yo solo me quedé en el mismo lugar.

Lua me estaba mirando, pero ya no tenía ganas de hablar con ella.

Quizás y en otra ocasión pueda por fin confesarle todo lo que siento por ella.