Tengo miedo. Eso pensé apenas vi a Naomi caer del puente y cuando al fin con un golpe seco llegó al piso no me pregunté si seguía viva, el sonido del impacto lo decía todo, me bajo del barandal, no puedo pensar bien.
¿Estoy corriendo? El corazón me va a mil por hora y solo veo sombras, tengo miedo. Llegue a mi casa sin saber cuándo.
Para cuando me di cuenta ya estaba al lado de mi cama recogido de piernas temblando.
No va a pasar de nuevo, todo está bien, todo está bien, esto no es real. Me dije antes de caer desmayado por el estrés y el miedo intenso que tenía.
Llegó el otro día, me desperté del piso. Tal vez todo había sido un sueño por el café repugnante que me hizo imaginar cosas pensé.
Me levanté de mi asqueroso piso, me vestí. Me siento idiota por que un café con un estúpido pan me hiciese tener tal pesadilla. No volveré a ir a ese lugar. Como sea, termine de alistarme y emprendí mi camino al trabajo.
Como todos los días me encontré con Teresa.
-¡Hola querido! Me decía mientras intentaba tomarme del brazo.
Naturalmente estuve esquivo con ella y solo le dije un Hola seco y de mala gana.
-Hola... ¡Espero estes genial! Yo lo estoy... te dijeron sobre la fiesta de hoy, ¿Verdad?
No recordaba para nada la invitación de Anthony, pero ya que ella me recordó aproveché para invitarla.
Como si un espíritu se apoderara de ella, sonrió y se sonrojó.
-Ven por mí a mi casa a las 7:30. Me dijo.
Continuamos nuestro camino normal, hasta que llegamos al puente. No le di gran importancia a este porque enserio pienso que solo fue un sueño y además he tenido pesadillas algo similares, pero no con tanto detalle como esa.
Vi una sombra en uno de los bordes y sentí como la sangre me ebullía. Solo era una bolsa de basura.
Sin embargo, decidí asomarme un poco debajo del puente a ver si se veía algo desde lo alto como sangre o algo parecido. El suelo de la carretera de abajo estaba impecable. Algo muy raro en una ciudad como esta y menos en el barrio por donde nos encontramos. Aún tenía algo de presión, pero a cada paso que me alejaba del lugar me decía que todo fue producto de mi imaginación.
Cuando por fin llegamos al trabajo se me libero la presión, solo para ser intercambiada por la presión del trabajo.
Mientras hacia mi trabajo (que consiste en revisar cada carta y ver si se podía llevar en un camión o no) llegó Anthony a preguntarme si invite a Teresa.
-Si, alrededor de las 8:00 pm estamos en tu casa. Le dije.
Se alegro como un niño cuando cumple un capricho y se fue a seguir trabajando. Me asqueé por solo necesitarme para estar con Teresa, pero no le di mayor importancia ya que yo también lo estoy utilizando.
Llego el final de nuestro turno y ya estaba en la puerta para irme. Doy el primer paso para irme cuando alguien me toma del brazo y me dice al oído.
-Llega más temprano para que podamos jugar, cariño.
Era Teresa. No le di importancia a su comentario y no le respondí. Deje que se fuera sola a casa.
Mientras vuelvo por el mismo camino asqueroso de siempre, pasé de nuevo por el puente de mi pesadilla.
Mientras recorría el puente aviste a lo lejos una sombra, aunque no estaba en el borde sino en el piso, sentí de nuevo la presión de que la pesadilla si fuese realidad. Era un vagabundo tendido en el puente. Me relaje y llegue a mi casa.
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Amando a mi mismo
Non-FictionEl odio al igual que el amor pueden explicarse, pero solo uno te despertará del sueño al que llamamos vida.