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Eran las ocho de la mañana, la puerta se abrió, entró Jimin medio borracho, oliendo a alcohol y con los pelos alborotados.

- Hijo.- Salió su madre de la cocina a recibirlo.

- Bonitas horas de llegar no?- Dijo su padre sin apartar la mirada del periódico que estaba leyendo.- Dónde estabas?- Preguntó dejando el periódico a un lado del sofá y mirándole a los ojos.

- Donde no te importa.- Dijo dirigiéndose a las escaleras.

- Qué maneras son esas de hablar a tu padre.- Dijo el hombre parándose del sofá y dirigiéndose hacia Jimin.

- No te gustaría saber donde estaba. Me voy a dormir.- Subió las escaleras.

- Hijo no tienes hambre?- Dijo la mujer desde las escaleras.

- No.- Gritó desde arriba cerrando la puerta de su habitación.

Se sacó la camiseta y el cinturón y se tiró a la cama boca abajo.

Cogió su móvil para ver los mensajes que tenía, era Taehyung.

- Jimin, tengo un problema!

- ¿Qué pasó?

- No podré ir a la fiesta de esta noche.

- Qué?! Por qué?! ¡Me vas a dejar solo!

- Me han puesto un guardaespaldas.

- Qué?! ¿Cómo así?

- Hoy llegué a casa y vi a mi padre con un hombre trajeado. Me acerqué y me dijo que era mi nuevo guardaespaldas.

- Joder Tae que mal.

- Ya… No me podré divertir más.

- Pero es guapo?

- Si es guapo.

- Sedúcelo y quítatelo de encima.

- Lo haría pero hay un problema.

- Cuál?

- Es un omega.

- Joder vamos mal.

- Ya.

- Como se llama?

- Jin. Kim Seokjin, es mayor que nosotros.

- Y qué harás…?

- Pues no puedo hacer nada, me sigue hasta en el baño!

- ¿En serio?

- Okey no. Lo último lo exageré, pero si me sigue a todos lados.

- Joder… No quiero estar solo…

- Lo siento Jimin, no puedo ir, quiero pero no puedo.

- Okey lo entiendo, no es tu culpa. Me dices como va el guardaespaldas.

- Sí. Cuídate Jimin, vamos hablando.

- Sí. Me voy a dormir.

- Si yo igual, estoy cansado.

- Si somos, fue una noche loca, pero la pasamos bien.

- Sí, sobre todo tú con ese alfa.

- Tú también estabas con un alfa.

- Nos la pasamos bien, eso es lo importante.

- Sí. Ahora si adiós tengo sueño.

- Adiós amigo, descansa.

- Tu igual tata.

Jimin dejó el móvil en su mesita de noche, se giró mirando al techo con un brazo en la cabeza.

- Espero que no me pongan otro guardaespaldas.- Pensó en voz alta.

Cerró los ojos y poco a poco se fue durmiendo.

. . .

- Sabes que hará de todo para quitárselo de encima.- Dijo la mujer.- Ya sabes lo que pasó con el antiguo.

- Ya lo sé, pero es que ese chico se desaparece toda la noche y aparece en la madrugada borracho. Llega, se duerme, come, se alista y se vuelve a desaparecer toda la noche hasta la mañana siguiente. Y uno no sabe que es de su vida.

- Pero eso es solo los fines de semana.

- Y entre semana también, no te engañes, llega medio borracho al trabajo, por suerte no lo ve nadie, creo…

- Pero hace bien su trabajo, ¿no?

- Sí, es bueno en su trabajo.

- Pues no deberías quejarte tanto.

- No me quejo por el trabajo, que un poco también, por cómo llega al trabajo, SunHee, ¿no te preocupa saber qué hace por ahí todas las noches?

- Haneul, es un chico de 21 años, es normal que le guste salir todo el tiempo, yo a su edad tampoco pasaba por casa.

- Y te recuerdo que tú y yo nos conocimos en una de esas discotecas.

- Cierto.- Dijo entre risas.

Los dos se rieron por la manera en que se conocieron.

- Pero SunHee, Jimin pasa todas las noches afuera y lo que menos quiero es que nos llegue un día diciendo que está embarazado.

- Él no es tonto, sabe cuidarse.- Se paró del sofá y se fue a la cocina.

- Vale vale, luego no quiero que te quejes cuando Jimin te diga que está embarazado!- Dijo gritando desde el sofá, cogió el mando y encendió la tele.

SunHee se paró enfrente de la tele.

- Sí. Creo que será mejor contratar guardaespaldas cariño.

- Perfecto, porque ya tengo el candidato.- Dijo sonriendo.

Te protegeré hasta el final /OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora