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¡No me maten perfavare! Se que no he actualizado los fics que mas me piden pero en el colegio me hicieron leer este libro llamado "El disfraz" de Janina Perez de la Iglesia y me gusto lo suficiente como para adaptarlo.
veriones

Dije que actualizaría pero me vivnieron los examenes finales, gracias a Kami ya los termine, y el lunes empieza la ultima semana de clases eso significa ¡ACTUALIZACIONES EVERYWHERE!

VOCALOID NO ME PERTENECE, LA HISTORIA TAMPOCO, ES DE JANINA PEREZ DE LA IGLESIA, O SOLO LO ADAPTO PARA USTEDES.

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La chica nueva llegó a la cuarta hora. En matemáticas.

En la pizarra los números se colgaban unos sobre otros, estaba segura de que lo hacían a propósito solo para hacerme sufrir.

¡No sé qué me pasa con ellos! Mis diez centésimas no equivalen a una décima, dieciocho no es múltiplo de nueve, los ángulos rectos miden ochenta y cinco grados y Pitágoras nada tuvo que ver con la tal hipotenusa. Tampoco entiendo porque Einstein está relativamente empeñado en complicar mi vida relativamente sencilla existencia, y de los símbolos químicos solo me acuerdo del Oxígeno porque si no lo uso me muero.

Lo de las cuentas es peor ¡Todas son iguales! ¡Vaya estímulo para nuestra creatividad! Por eso siempre trato de obtener resultados novedosos. Claro que el profesor no lo entiende así y mi premio son calificaciones de... Bueno, mejor no hablo de cifras ¡Las del boletín de notas son las más insoportables!

Había corrido el rumor de que una nueva falda engrosaría el batallón femenino. Algunos la habían visto en dirección, en el extenso de papeles de los recién llegados. Para matricular en mi colegio se necesitan más documentos que cabellos en la cabeza y como a nuestra edad no tenemos la dicha de ser calvos, ya se puede entender el retraso que esto supone.

Los chicos se frotaron las manos (siempre lo hacen cuando llega alguna). Las chicas se mostraron indiferentes (al menos eso aparentaban). Yo... bueno... No soy como ellos. Por fuera me veo como uno de ellos, soy delgada y alta por lo del llamado "Estirón puberal" con algun que otro cabello rosa alborotado en mi cabellera y unos anteojos montados por encima de la nariz por lo de las lecturas, protegiendo mis ojos zafiro. Lo que me funciona mal es lo de adentro. Todo me causa pena: pedir, comprar, hablar, preguntar, compartir y no tendría cuando acabar la lista. Siempre hago lo que otros me piden que haga, es mejor hacerlo a decirles "No".

Mi madre dice que tengo a donde parecerme y mira de reojo hacia mi padre que se hace el desentendido o refunfuña: "Cuando sea grande se le pasara". Ya casi él llega hasta el techo y todavía padece lo mismo. A mi madre nunca le sobra el tiempo para fijarse en esas cosas y yo no opino nada. Me paso la vida preocupada por lo que otros digan de mí. En mi corta vida poseo una humilde hoja de vida: descubrir mi homosexualidad, cero novias y una amiga. Nada más, ni siquiera un perro de mascota. Papa es alérgico a los animales.

En aquel momento me debatía entre mi estómago, que con un sándwich recién ingerido pedía tranquilidad para hacer la digestión, y mi cerebro, que trataba de encontrar algunas neuronas disponibles para el cálculo. Pero los dos, cerebro y estómago se paralizaron al verla.

Piel nívida capaz de confundirse con la nieve, cabellos turquesas sostenido en 2 coletas y ojos del mismo color y unos rosados labios. Era Miku. Y ahí comenzó esta historia.

A veces lo que te resulta hoy para mal, mañana se puede convertir en tu felicidad. Otra consecuencia de mi manera de ser es el sitio que ocupo en el aula. Primera fila, primer puesto. Sin obstáculos del escritorio de los profesores y el mío.

Nada de chivos ni soplos en los exámenes, nada de hojear a escondidas las revistas Playboy, nada de espiar las curvas que se marcan en el pantalón de la profesora de Inglés y, por supuesto, nadie de compañero de infortunio. Ni mi mejor amiga sería capaz de hacer un sacrificio así por mí. El asiento a mi lado está vacío. Ese era el resultado de no haber corrido como loca el primer día de clases, arrasando con todo lo que me quedaba por delante, para obtener el codiciado trofeo de los últimos lugares.

El DisfrazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora