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—¿Y por qué tengo que ir yo?—preguntó Kate, terminando de peinarme.

La mire por el espejo, con los ojos entrecerrados.

—Vamos, Kate, no me dejaras morir sola.

Se pasó las manos por el cabello, haciendo una exclamación exagerada.

—Pero no quiero ir.

—Me dió dinero para que fuéramos de compras.

Eso pareció llamar su atención, ya que enseguida dejo de hacer berrinches y me miró con interés.

—Eso si me interesa. Está bien, iré.

—Eres una interesada, solo vas por el dinero.

Se encogió de hombros, despreocupada.

—No te lo negare.

∆∆∆

Detalle mejor mi aspecto, debatiendo si llevarlo o no. Kate soltó un gemido cansado.

—Te he dicho mil veces que ese vestido te queda estupendo.

—Es que no lo sé—di media vuelta para apreciarlo mejor—no me termina de convencer.

—Te queda divino, Katherine. ¿Cierto Albert?

Lo mire, esperando su respuesta. Él asintió con una gran sonrisa, mirándome de arriba a abajo.

—Me tomo el atrevimiento de decirle que ese vestido le queda espectacular, le resalta mucho, haciéndola ver hermosa, pero al mismo tiempo elegante.

Sonreí, por la forma tan detallada en que lo dijo. Mire otra vez el espejo, sintiendome extrañamente segura con ese vestido. Volteé a ver a Albert y Kate.

—Bien, ustedes ganan—mire a la joven que me estaba atendiendo—llevare este vestido.

Pude escuchar los suspiros aliviados de varios en esa habitación, y no los culpo, habíamos entrado a esa tienda hace un buen tiempo ya, Kate había conseguido su vestido muy rápido y yo estaba estancada midiendo varios vestidos.

—Ya era hora—Celebró Kate, poniéndose de pie para luego hacerse a mi—A Nick le va a dar algo cuando se de cuenta que aún no llegamos, y aún falta que nos arreglemos.

Suspire ala vez que al Albert se acercaba a nosotras.

—El señor Nick llamó, dijo que las encargadas de arreglarlas ya llegaron.

—Si, si. Ya escuché—alce las manos, en un ademán cansado. Solo de pensar en que no dormiría apenas llegué a casa me ponía de mal humor—ire a cambiarme, ya regreso.

Camine hacia el probador, adentrándome en el para poder quitarme el vestido.

                              ∆∆∆

—Me estás jalando el maldito cabello, se más cuidadosa—mire a Kate al escuchar su queja, viendo como la que se encargaba de su peinado tenía una pequeña sonrisita en las labios, como si disfrutará hacerle daño a mi hermana.

Le ordene que se detuviera la chica que se encargaba de mi cabello con una seña, para después ponerme de pie y acercarme a la mujer, que al verme junto a ella dejo de sonreír de inmediato.

—¿Acaso no sabes hacer tú maldito trabajo bien?—pregunté enojada, no podía permitir que está aparecida entrara a Kate de esa forma—si vuelvo a escuchar otra puta queja de Kate por tu insuficiencia no dudaré en cortarte las manos.

Todos en aquella habitación se quedaron en silencio, viéndome sorprendidos.

—No es mi culpa que ella sea tan delicada como para no aguantar que la peinen—se atrevió a contestarme, mientras se cruzaba de brazos de una manera retadora.

La mire de arriba a abajo, asqueada por lo que veía.

—Largo de mi casa, maldita perra. Ya no necesitamos de tus servicios—siseó furiosa.

Ella río, mirándome con asco.

—No tienes el derecho, Nick fue quien me contrato, no tú.

Entrecierro los ojos.

—¿Que tan igualada debes ser como para llamar a tu jefe por su nombre. No seas igualada, que tú solo eres una empleada más—dije con burla, viendo como se ponía roja de la ira.

Su compañera se acercó a ella nerviosa.

—Miley, es mejor que le hagas caso a la señora y te vayas.

Miley. Me encargaré de recordar ese nombre.

—Pero...

—¿Que sucede aquí?—todos volteamos hacia donde provenía la voz, encontrando a Nick en el marco de la puerta. Hora de hacer relucir los cueros de actuación que me pagó mi mamá cuando me quería.

Me acerque a él, con una mirada de fingida pena.

—Lo que pasa es que está chica maltrato a Kate, le llamé la atención y no conforme con eso me dijo que yo no tenía ningún derecho de despedirla, ya que yo no soy su jefa.

—Es verdad, e intento golpearla—exageró Kate, viendo con asco a la chica.

Nick llevo su mirada dura hacia la chica, quien se encogió en su lugar. Ya no era tan valiente como hace unos segundos. Cosa que me hizo sonreír.

—Señor, eso no es...

—¡Silencio! ¿Cómo te atreves a desafiar a mi prometida? Si ella ordena que te retires tú lo haces con la cabeza baja, ella también es tu jefa. Ahora quiero que te largues ahora mismo de mi casa—ordenó.

—Pero, señor...

—¡Pero nada! Vete ahora mismo.

La chica me dió una mirada llena de odio, mientras yo le daba una burlona. Abandono la habitación con su dignidad siguiéndole los talones.

—¿Alguien más quiere irse con ella?—preguntó, todos negaron—Bien.—volteo a verme—Si necesitas algo no dudes en llamarme.

Asentí, con una gran sonrisa.

                              ∆∆∆

Me acerque a Albert cuando Nick se alejó de nosotros para poder contestar una llamada.

—Quiero que consigas toda la información de Miley Roberts. Padres, dónde nació, si es soltera o casada y en qué lugar trabaja; necesito todos sus datos, ¿Entendido?

Albert asintió con una pequeña sonrisa.

—Haz sufrir a esa maldita, aún me duele la cabeza.

—Ten por seguro que lo haré.

Nos quedamos callados al ver que nick venía hacia nosotros con una gran sonrisa.

—Ya tenemos que irnos, ¿están listos?

Asentimos, mientras que nos subíamos a la camioneta.

Esperaba con toda mi alma de que hubiera algo bueno esperándome en aquella reunión.

[…]























02/09/2023.

Provocative Game; Tom Kaulitz PAUSADA TEMPORALMENTE ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora