Una cabellera rojiza caía por las escaleras de la casa, la dueña miraba el techo en esa extraña posición, veía con atención las telarañas que había en la esquina de la pared, ya había olvidado cuánto tiempo llevaba en esa posición.
Quizás le dolería su espalda más tarde, pero no le importaba, era para cuidar los ojos de su hermano, el cual dormía aún en la alacena debajo de las escaleras, ya que su primo probablemente brincaría en ese lugar causando que el polvo cayera en los ojos de niño.
— ¿Qué haces ahí, Hillary? — la voz de su tía se hizo escuchar, la mencionada la miró con fingida tristeza.
— Recordé que me dijeron adoptada los niños del vecindario — respondió con tristeza.
— ¡Esos mocosos tontos! — gruñó con enojo — Solo te pareces mucho a tu extraña madre, debes estar orgullosa de ello — le sonrió, para después bajar las escaleras con cuidado de no aplastarla — ¡Levántate! ¡Ahora! — golpeó la puerta de la alacena.
Hillary se sentó y miró como su tía Petunia golpeaba la puerta de la alacena para levantar a su hermano, no comprendía del todo el porqué de la diferencia del trato, pero luchaba por no perder el afecto de su tía, pues se aprovechaba de eso para darle comida a Harry cuando se le privaba de ella.
A diferencia de su hermano, ella no iba en el accidente que ocasionó la muerte de sus progenitores, o eso le habían dicho, de hecho, nadie sabía dónde estaba, y ante la casi nula relación que había entre las hermanas Evans costó que encontrarán a Petunia para entregarla, o eso ella había escuchado.
— ¿Qué haces sentada ahí? — la mirada de la Potter se afiló al escuchar a su mimado primo.
— Baja sin molestar a Harry — ordenó ella, pero el mayor no le hizo caso y espero a que ella se bajara, pero esta tampoco se movió — Bájate — ordenó nuevamente.
Se puso de pie y lo miró retadoramente, él no se dejó, pero cuando vio como subía un escalón para acercarse a él se asustó y bajó corriendo, ella sonrió con superioridad.
Dudley le tenía miedo desde que le lanzó una araña de juguete tres años atrás, bueno... quizás desde antes, cuando lo empujó cayendo cerca de una tarántula, o cuando lo golpeó con una piedra, o cuando extrañamente la rama de un árbol enrolló su pie después de que ella se enojara con él...
Nadie sabía de las cosas que el Dursley había vivido con ella, pues a él le daba vergüenza ser humillado, amenazado, y burlado por una niña, y a ella le convenía tener la buena atención de Petunia, así que la razón de las lágrimas del niño era "el hijo del vecino es malo con Dudley, yo intento defenderlo, pero es más grande que yo"
Si, gracias a ella los vecinos se llevaban mal con los Dursley, no se arrepentía, solo su hermano mayor sabía lo que hacía, pero no decía nada, solo la regañaba con la mirada.
— ¿Lily? — ella sonrió y bajó corriendo a abrazarlo — ¿Ahora que le hiciste? — le preguntó en un susurro.
— Nada, solo lo miré, ¿Cómo le teme a una mirada? ¿acaso mis ojos son feos? — hizo un tierno puchero, Harry le sonrió y besó su frente.
— Son los más hermosos que hay en el mundo — la menor de los mellizos le sonrió con sinceridad y ternura.
Quizás Petunia era una buena tía con ella, pero sin duda fingía quererla, pues tenerla a su lado era conveniente, Vernon... lo aborrecía, y Dudley... le importa igual o menos que una cucaracha.
La única persona que amaba en el mundo era aquella que la estaba abrazando, su hermano mayor, a aquel que cuidaba cuan leona.
— Vamos — jaló de su mano e ingresaron a la cocina, pues sabía que al azabache no le tendría consideración.
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Whirlwind » [Draco Malfoy]
FanficDraco tenía muy claras sus ideas, su padre le había inculcado que ninguna mujer mestiza o sangre sucia serías apta para él, menos cuando era mal hablada, imprudente, confianzuda, y terriblemente sincera. Para su desgracia, Hillary Liliane Potter era...