Capítulo 7: No te dejaré pasar

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Kagome y Sango abandonaron el club a media noche, la castaña estaba pasada de copas así que su amiga la ayudó a que llegara a su apartamento sana y salva.

Kagome: hola, Kirara ¿Está Kohaku?

La gata maúlla, con solo mirar al interior de la habitación oscura y silenciosa intuyó que no estaba en casa.

Sango: déjame aquí, estaré bien.

Kagome: no te caigas en el baño.

Sango: tranquila, no es mi primera vez ebria.

Kagome: si tienes mucha resaca puedes llegar más tarde mañana.

Sango: no te preocupes ¿Qué crees que hacía en mi antiguo trabajo? ¡Nada que un corrector de ojeras y píldoras para la migraña no arreglen!

Kagome: si tú lo dices, nos vemos —se despide cerrando la puerta tras de sí.

Al llegar a su casa, su madre otra vez la estaba esperando.

Naomi: ¿Estuviste conduciendo? —preocupada.

Kagome: no bebí.

Naomi: que bueno —le sonríe— hablé con la señora Kaede, mañana irá a comprar los boletos para el bus. Pero de seguro el viaje será programado para algunos días más, mucha gente está viajando a la ciudad en estas fechas.

Kagome: me alegro —sonríe— no puedo esperar.

Sube por la escalera a su habitación.

Naomi: buenas noches.

Kagome: igual.

Al otro día vuelve a Shikon temprano en la mañana, su amiga no tarda en aparecer y a juzgar por su rostro cansado, no se sentía muy bien.

Kagome: te dije que descansaras.

Sango: sobreviviré.

Kagome: siéntate un poco.

La castaña apoya sus codos sobre la mesa y masajea su frente, mientras la CEO prepara un par de cafés instantáneos.

Sango: olvidé lo importante que era la máquina de café de la oficina para combatir la resaca.

Kagome: será lo primero que compre —le da un café— lo hice yo, no es lo mismo, pero funciona.

Sango: —bebe un poco y sonríe— está rico, gracias.

Kagome: es lo mínimo que puedo hacer después de que te separé de tu querida máquina.

Sango: es lo único que lamento.

Van a la zona de grabación, la azabache toma una guitarra y comienza a tocar la melodía que dejaron inconclusa el día anterior.

Kagome: quiero que la canción comience con la guitarra y la batería marcando el tiempo.

Sango: ¿Algo así?

Marca un ritmo con sus manos golpeando sus piernas.

Kagome: sí, suena bien.

Sango: lo haré en la computadora.

Ambas continúan trabajando durante un par de horas, la melodía básica estaba lista. Sonaba como una canción alegre.

Kagome: las voces sonaran increíble con la música.

¿Voces? Las voces que se sienten incompletas a su oído resuenan en su cabeza. No le costó trabajo mezclarlas con la del sujeto que conoció la noche anterior.

Era una perfecta armonía.

Sango: ¿Kagome?

Al oír la voz de su mano derecha regresa a la realidad.

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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