Kagome y Sango abandonaron el club a media noche, la castaña estaba pasada de copas así que su amiga la ayudó a que llegara a su apartamento sana y salva.
Kagome: hola, Kirara ¿Está Kohaku?
La gata maúlla, con solo mirar al interior de la habitación oscura y silenciosa intuyó que no estaba en casa.
Sango: déjame aquí, estaré bien.
Kagome: no te caigas en el baño.
Sango: tranquila, no es mi primera vez ebria.
Kagome: si tienes mucha resaca puedes llegar más tarde mañana.
Sango: no te preocupes ¿Qué crees que hacía en mi antiguo trabajo? ¡Nada que un corrector de ojeras y píldoras para la migraña no arreglen!
Kagome: si tú lo dices, nos vemos —se despide cerrando la puerta tras de sí.
Al llegar a su casa, su madre otra vez la estaba esperando.
Naomi: ¿Estuviste conduciendo? —preocupada.
Kagome: no bebí.
Naomi: que bueno —le sonríe— hablé con la señora Kaede, mañana irá a comprar los boletos para el bus. Pero de seguro el viaje será programado para algunos días más, mucha gente está viajando a la ciudad en estas fechas.
Kagome: me alegro —sonríe— no puedo esperar.
Sube por la escalera a su habitación.
Naomi: buenas noches.
Kagome: igual.
Al otro día vuelve a Shikon temprano en la mañana, su amiga no tarda en aparecer y a juzgar por su rostro cansado, no se sentía muy bien.
Kagome: te dije que descansaras.
Sango: sobreviviré.
Kagome: siéntate un poco.
La castaña apoya sus codos sobre la mesa y masajea su frente, mientras la CEO prepara un par de cafés instantáneos.
Sango: olvidé lo importante que era la máquina de café de la oficina para combatir la resaca.
Kagome: será lo primero que compre —le da un café— lo hice yo, no es lo mismo, pero funciona.
Sango: —bebe un poco y sonríe— está rico, gracias.
Kagome: es lo mínimo que puedo hacer después de que te separé de tu querida máquina.
Sango: es lo único que lamento.
Van a la zona de grabación, la azabache toma una guitarra y comienza a tocar la melodía que dejaron inconclusa el día anterior.
Kagome: quiero que la canción comience con la guitarra y la batería marcando el tiempo.
Sango: ¿Algo así?
Marca un ritmo con sus manos golpeando sus piernas.
Kagome: sí, suena bien.
Sango: lo haré en la computadora.
Ambas continúan trabajando durante un par de horas, la melodía básica estaba lista. Sonaba como una canción alegre.
Kagome: las voces sonaran increíble con la música.
¿Voces? Las voces que se sienten incompletas a su oído resuenan en su cabeza. No le costó trabajo mezclarlas con la del sujeto que conoció la noche anterior.
Era una perfecta armonía.
Sango: ¿Kagome?
Al oír la voz de su mano derecha regresa a la realidad.
ESTÁS LEYENDO
Entre partituras, música y talento | InuYasha
FanfictionKagome fue una gran estrella a finales de su adolescencia, cantó en los estadios más importantes agotando todas entradas y su voz era escuchada por todo Japón. Su vida era un sueño vuelto realidad hasta que un día desapareció del ojo público sin dar...