Epílogo || Charlos

La carta

17 de Marzo, 2024

Hola Carlos.

Ha pasado mucho tiempo desde nuestra ruptura, exactamente 6 meses, y es increíble que hasta hace poco finalmente haya decidido pisar ese sitio infernal al que todos llaman psicólogo.

Estás últimas platicas han sido más de ti que de mi, las sesiones se vuelven cortas mientras los detalles del infierno contigo cada vez son más largas.

Ya no hablo de mi inseguridad, de mis problemas amorosos o de la falta de comunicación y confianza que tú mismo creaste, ahora solo hablo de ti, por qué hoy en día entiendo que todos esos problemas fueron causados por ti.

Sonará loco, pero en la última sesión me han otrogado como trabajo escribirte una carta, mi psicólogo me dijo que servirá para desahogarme. Hubiera preferido simplemente ocultarme en una habitación solitaria y gritar sin piedad hasta olvidarme de tu existencia, sin embargo según el está es la forma más sana de superar.

Y justo cuando me había olvidado de esta conversación ignorada, vuelvo aquí para utilizar esta aplicación de mensajería como mi oportunidad de escribir lo que posiblemente será el último mensaje.

Comenzaré...

Es increíble que ya haya pasado más de la mitad de un año sin ti aún cuando años atrás creía que esto sería imposible.

Por alguna razón creía que permanecería atado a ti, sufriendo el resto de mi vida como penitencia a una vida injusta que he recibido por ti. Sin embargo, ahora que no estás a mi lado puedo entender muchas cosas con claridad que hace tiempo no entendía tan bien.

Recuerdo que después de un mes sin ti comprendí por qué todos los días la respiración me fallaba cada vez que una acción tuya era provocada.

Empecé a sentirme libre y mis días comenzaron a ser más felices.

Ahora mi vida ya no es como antes, ya no lloro por las noches escondido en el baño de la última habitación del departamento, ahora ya no paso mañanas y noches envuelto en las sábanas frías y solitarias sufriendo por alguien que siempre me daba por muerto, incluso podría decir que hace días que no vuelvo a sentir una sola lágrima cayendo sobre mi rostro.

Y esto para mí es increíble, porque todos los días recuerdo aún lo mucho que sufría por ti.

Siempre recordaré las grandes cantidades de veces que rompimos y volvimos una y otra vez, siempre siendo tu quien volviera diciendo que extrañaba al otro, que extrañaba el tiempo que pasábamos juntos, la atención que yo te daba que por alguna razón siempre te hizo falta, y el cariño que a pesar de todo yo siempre te mantuve.

Después de nuestra ruptura no tarde mucho en entender que ninguno de esos motivos era la razón por la que siempre volvimos y terminamos, al contrario, la única razón era que ninguno de los dos estaba listo para por fin ser libre y vivir solo.

Pero después también entendí que estaba equivocado, por qué después de la ruptura yo sí pude vivir solo. Y se que tardé mucho en recuperarme, pero quién suplicaba que volviéramos una vez más siempre fuiste tu.

No fue hasta que cruce la puerta de nuestra casa cuando finalmente entendiste que no habría una segunda oportunidad, y que no era culpa tuya o culpa mía, era pecado de ambos.