Dicen que los “casi algo” duelen más que lo que sí es,
o si fue,
o si será.
Yo me aventuré a descubrirlo
cuando te confesé que me gustabas
aun sabiendo que nunca podrías ser mía.
Y te llené de versos
y de besos.
Y estuve ahí,
construyéndote en algo que casi fue.
Y sigo sin saber si son los “casi algo” los que duelen,
o solo fuiste tú
que me rompió
como nunca nadie lo había hecho.