III

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Mi teléfono no paraba de sonar,

pero solo era el trabajó

que comenzó a ser molesto

cando eran tus mensajes

los que deseaba recibir.

Mensajes que nunca llegaban,

porque no fuiste más que una vaga ilusión.

Una vaga ilusión

que me dolió más

que la realidad de vivir sin tenerte

Ese Verano Que Casi FuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora