Capítulo 1

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Zoro estaba de pie, vigilando el club muy de cerca en caso de que hubiera algún disturbio. Hacía poco más de dos meses que había empezado a trabajar como guardia de seguridad en una de las discotecas. No era un trabajo ideal, pero como Zoro necesitaba el dinero -ser un estudiante arruinado no era un trabajo fácil-, le servía. Era suficiente para pagar su parte del alquiler del mes y resopló por lo bajo. Tampoco quería presumir, pero también era bastante bueno en lo que hacía. Dada su rapidez de reflejos, fruto de años de entrenamiento en kendo, Zoro no tenía ninguna dificultad para poner fin a posibles peleas. Había bastantes.

Aunque en realidad no debería sorprendernos. Mezclar gente y alcohol nunca era una buena idea. Y cuando había cientos de personas borrachas en el club al mismo tiempo, algo así estaba destinado a suceder. Así que allí estaba él, mirando a su alrededor y tratando de reconocer la zona, asegurándose de que la gente se comportaba bien y chasqueaba la lengua. Zoro era muy consciente de lo mucho que destacaba: tenía el pelo verde brillante, lo que empezaba a parecerle una mala idea. Uno de sus compañeros de habitación, Luffy, le convenció de que era una buena idea, pero empezaba a pensar que debería cambiar de color. A Zoro le gustaba el color, pero la gente se quedaba mirando demasiado.

De momento era una noche bastante aburrida y se apoyó en la pared, pero sin dejar de mirar a la gente que le rodeaba. A Zoro nunca le había gustado mucho la gente, ya que sabía que el mundo estaba lleno de todo tipo de mierdas, pero trabajar en el club le dio una nueva visión de lo idiota y egoísta que era la gente. Eran completamente insufribles cuando estaban borrachos. Lo único que le hacía seguir trabajando allí era el dinero. El sueldo por el trabajo a tiempo parcial era increíble. Bostezando, Zoro entrecerró los ojos cuando oyó algo: voces que se hacían más fuertes a cada segundo que pasaba y se limitó a sacudir la cabeza. Esa era la señal para volver a ver qué demonios pasaba.

Zoro no tuvo que buscar demasiado para encontrar el origen de todos los gritos: se acercó a la parte de atrás y vio una cara muy familiar que, sinceramente, le cabreó demasiado. Era rubio, tenía las cejas rizadas de una forma poco habitual y siempre olía a cigarrillo. Era un cliente habitual, más o menos de la misma edad que Zoro. Al menos, eso creía él. No es que importara. Lo que más cabreaba a Zoro de aquel individuo en particular era que siempre iba allí y se emborrachaba. Para empezar, su tolerancia al alcohol era patética. Y segundo, cuando estaba borracho era muy molesto. Además, se enrollaba con mujeres al azar todos los días y Zoro se cabreaba muchísimo cuando oía su molesta risa, apretando los dientes.

Por culpa de ese idiota siempre había peleas. ¡¿Qué ha hecho esta vez?! El individuo se llamaba Sanji y eso era todo lo que Zoro sabía de él y cruzó los brazos sobre el pecho.

"Te he dicho que es mi novia. Tío, lárgate. Si vuelves a pegarte a ella, te sacaré de aquí y te haré papilla", siseó un tipo que tenía el brazo alrededor de una joven y Zoro puso los ojos en blanco. ¿Otra vez ligando con una persona con pareja? Ugh, ¡¿cómo no podía pillar una indirecta?!

"Mira", dijo Sanji y se echó a reír. Era evidente que estaba borracho. Sus mejillas estaban rojas, su habla era confusa. "Es obvio que ella necesita a alguien mejor que tu," dijo Sanji y luego miro a la chica. "Si la satisficieras lo suficiente no me hubiera devuelto el coqueteo", dijo Sanji descaradamente. Aquel tipo era un pervertido. Y Zoro lo detestaba. Hubo más de una ocasión en la que Zoro tuvo que echar al idiota. No sabía por qué no habían expulsado ya al idiota de su club, apretó los dientes y refunfuñó con rabia en voz baja.

"Retira lo dicho", exigio el novio y Sanji se rio pero no le presto atencion. En su lugar, miró a la chica y le guiñó un ojo muy torpemente.

"¿Que tal si vienes a mi casa?" pregunto Sanji y tarareo. "O podemos ir a un hotel. Para que todo sea más divertido. ¿Qué te...?", continuó y finalmente se ganó un golpe. Eso fue suficiente para llevar al novio de la chica al borde del abismo y estalló, Sanji se preparó para devolverle la bofetada borracho, pero falló y antes de que consiguiera golpearle de nuevo, Zoro decidió finalmente intervenir y poner fin a la pelea.

Detrás De Tu Sonrisa - ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora