Detrás De Tu Sonrisa - Zosan

Capítulo 8

Sanji gimió de incomodidad al abrir los ojos. El brillo era demasiado intenso para su gusto y arrugó la nariz, poniendose de lado y subiendose las sabanas y la cubrecama, poniendoselos por encima de la cabeza porque no estaba de humor para hacer nada ese día.

Le dolía la cabeza y su estómago también se sentía muy caliente; Sanji sabía porque estaba en ese estado. Todavía podía saborear esa amargura en su lengua; estaba teniendo una mala resaca y se quejó. Sentía la boca como el desierto, tenía una sed de mil demonios, pero no tenía ganas de levantarse, lentamente bajó las cobijas y se asomó lentamente. Ugh, había mucha luz, probablemente ya era tarde en la mañana y Zeff otra vez le iba a gritar. Cuanto no queria Sanji escuchar sus quejas otra vez. Poniendo los ojos en blanco, Sanji se tapó la cabeza con las sábanas y negó con la cabeza. No iba a dejar la cama, se iba a quedar allí. No estaba en condiciones de ir a Baratie. Se había excedido la noche anterior, pero al mismo tiempo lo necesitaba. Bueno, así era como al menos lidiaba con esos sentimientos, burlándose en voz baja.

Sanji tardó un rato en darse cuenta de que no estaba en su propia habitación, que no estaba tumbado en su propia cama y no fue hasta que oyó unas voces, abriendo lentamente los ojos de nuevo y entrecerró los ojos. ¿El viejo tenía visitas? Era más bien un solitario, así que eso no ocurría muy a menudo. La curiosidad pudo con Sanji y a pesar de su pereza, se quitó las sábanas del cuerpo y se quedó boquiabierto cuando por fin echó un vistazo a la habitación y se vio catapultado, sentado, sintiéndose mareado y parpadeó un par de veces. Sanji se froto los ojos y sus ojos se abrieron de nuevo. Definitivamente esta no era su habitacion.

"¿Donde demonios estoy?" pregunto Sanji y miro hacia abajo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que seguia con la ropa de la noche anterior. Los ojos de Sanji recorrieron la habitacion y se froto la nuca. No tenia ni idea de donde estaba; ¿se habia liado con alguna mujer? Sanji sintio que la fatalidad se apoderaba de el porque no podia recordar. Recordaba estar desesperado por olvidar, se sentía miserable cuando engullía aquellas bebidas. Recordaba a Zoro uniendose a el en el bar y luego se fue del bar con alguien, pero... se quedo en blanco despues de eso. ¿Así que a quienquiera que dejara la noche anterior, éste era su lugar? Sanji estaba temblando - no lo hizo ayer, ¿verdad? El estomago de Sanji se revolvio, sintiendose enfermo tanto por el alcohol como por la realidad.

"Mierda", dijo Sanji, desesperado por salir de alli. Era aun peor que pudiera oir claramente a la gente de fuera y que hubiera mas de una voz, parpadeando un par de veces, intentando igualar su respiracion. Se sentía fatal, la vista se le nublaba cuando se incorporaba sobre las piernas y tenía que sentarse en el borde de la cama. Se levanto demasiado rapido, su vision se puso negra y puso su cabeza entre sus piernas, sacudiendo su cabeza. Justo en ese momento Sanji se declaro como el mayor idiota de la historia. Debería haberse emborrachado en su propia habitación. ¿Y ahora qué? No tenia ni idea de donde estaba.

Sanji decidio explorar los alrededores, acercandose lentamente a la ventana para ver si reconocia esa parte de la ciudad, pero no tenia ni idea. Nunca había estado allí y tragó saliva, mirando alrededor de la habitación y se frotó la nuca. No parecía la habitación de una mujer. Sanji tenía una visión bastante estereotipada de cómo debería ser la habitación de una mujer, pero aun así. Habia algunas ropas prolijamente dobladas sobre la silla, pero definitivamente pertenecían a un hombre, Sanji trago saliva y se froto la nuca. ¿Salió del bar con un hombre?

Sanji sintio una nueva oleada de nauseas, las manos le temblaban mientras se dirigia lentamente hacia la puerta y apoyaba la oreja en ella, intentando escuchar lo que hablaba la gente de fuera, mordiendose el labio nerviosamente y cerrando el puño flojo con la mano, respirando hondo un par de veces, pero realmente no le sirvio de nada. La cabeza seguía dándole vueltas, el corazón le martilleaba la caja torácica y lo único que oía era el sonido de su corazón acelerado y... ¿una risa? Fuera quien fuera, seguro que se estaba divirtiendo. ¿Por qué se reían? ¿Estaban hablando de él y riéndose de él?