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Trabajar para el gobierno de Colombia y la D.E.A era algo difícil pues siempre era estar al tanto de nuevas tácticas y nuevos planes para atrapar a los capos más poderosos de Colombia. Pero era aún más difícil tener que lidiar con un compañero como lo es Javier Peña el Don Juan como algunas lo llamaban.
Desde el principio sabias que tipo de hombre seria y que tendrías que lidiar con muchas de sus estupideces, pero poco a poco fuiste acostumbrándote a la forma que él trabaja y el a ti, pero había veces que te sacaba de quicio y tenían unas peleas muy fuertes, pero era de.
Hoy era uno de esos días en donde tenías que lidiar con las estupideces de Peña, pues tenían que hacer una cuartada para poder arrestar a uno de los tantos hombres de Pablo Escobar
— Ese malparadiro no aparece. — dijiste viendo la hora y después miraste a los oficiales que te acompañaban. — Esperen aquí, no tardo.
Subiste a tu carro y te dirigiste a la casa de Peña, sabias muy bien que este estaría con una de sus tantas mujeres que usaba para sacar información y poder hacer el trabajo de ambos, no te gustaba aquel método que usaba con las mujeres lo hablaste con él un montón de veces, pero aquella platicas nunca resultaban.
Al cabo de unos minutos llegaste a la casa de Peña y empezaste a tocar la puerta fuertemente, dejaste de insistir cuando viste que abrían la puerta y de la casa salía una chica no te sorprendiste así que entraste a la casa cerrando la puerta detrás de ti.
— Tu muy bien gracias verdad. — lo miraste, pero te sorprendió un poco verlo sin camisa, solo con su pantalón puesto.
— ¿Teníamos algo que hacer? — respondió mientras sacaba un cigarro de la cajetilla
— Peña por favor!!.— tomaste un almohada de su sillón y se le aventaste
— Oye tranquila. —
— ¿Cómo quieres que esté tranquila?, Llevo más 20 minutos esperándote y tu aquí cogiendo
— ¿Celosa de que no fueras tú? — te miro algo burlón, quería hacerte sacarte de tus casillas
— JA JA JA que gracioso, antes muerta que acostarme contigo. — lo miraste seria mientras te cruzabas de brazos.
— ¿Tú crees? — se acercó peligrosamente a ti
— Llevo más de 2 años conociéndote, a estas alturas sería bastante estúpido hacerlo.
— Oh vamos, el cuerpo tiene necesidades y tu cuerpo me dice que estas muy estresada. — te tomo de la cintura para acércate más a el
— Creo que tienes razón. — susurraste cerca de sus labios
— No te vas a arrepentir. — acaricio tu cintura mientras relamía sus labios
— Ya veremos. — te iba a besar cuando lo alejaste de ti. — Ya déjate de tonterías y vámonos Peña.
— Un día va a pasar ____— dijo algo molesto pues le habías causado una erección
— En tus sueños, tienes 2 minutos para salir o la jefa de esto se entera mañana. — le sonreíste burlona y saliste de su casa
