III

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Sus hombros anchos y pálidos le hacían entender a Yuuji que apreciaba una obra de arte en vida. El ligero rojo que cruzaba sus escapulas mostraban lo salvaje que lo hizo sentir clavándole las garras en esa perfecta piel que admiraba con posesión.

Gojo por su parte, luego de haber acabado con tal feroz sesión de sexo se sentó a un lado de la cama desnudo encendiendo con cuidado un cigarrillo.

Era segunda vez que sentía a ese hombre de genero secundario, se preguntaba varias veces al día si todos ellos se sentían igual o en cierta forma variaban. Ese pensamiento lo hizo llamar de improvisto a Yuuji para una practica rápida y placentera en un hotel no muy lejos de donde se encontraba. La humedad, lo estrechó y la forma de gemir inundaba cada nervio de su cuerpo hasta el éxtasis mayor, volviéndolo adicto a tener sexo con él. Sin embargo, no debía dejarse llevar, su mente no debía llenarse de lujuria y distracciones, no cuando su carrera iba en ascenso.

- Yuuji -llamó tomando una calada de su cigarro-, esta noche tendré una cita.

No escucho nada al principio, miró por sobre su hombro para verlo medio dormido.

- Esta bien -le respondió con los ojos cerrados-. Gracias por decírmelo.

Gojo sonrió. Había elegido bien, aunque eso no quitaba el sentimiento incomodo que se alojaba en su pecho.

¿Por qué tanta indiferencia?

- ¿Qué harás este fin de semana?

- Descansar, o tal vez trabajar. Aún no tengo claro el horario del próximo mes -le explicó mientras tomada asiento, sin sentirse avergonzado por su desnudez-. Los turnos varían según las urgencias de la semana anterior.

Gojo vislumbró la cantidad de marcas que dejo a lo largo de su trabajado cuerpo, aquellos músculos bien formados que se aferraron a él con desesperación cada vez que lo penetraba.

- No olvides enviármelo una vez lo recibas. No quiero importunarte en horario de trabajo.

Yuuji asintió mientras caminaba hacia la regadera.

Inhaló otra calada.

El celular sobre la mesita de noche se encendió indicando un nuevo mensaje, lo tomó y el nombre de Suguru apareció en él.

Esou solicitó hablar contigo.

Que hable con Nanami. Estoy ocupado -Respondió.

Iba a tirar el teléfono cuando volvió a vibrar.

Ahora mismo Esou estaba siendo procesado para pasar el resto de su vida en la cárcel, el juicio que se realizaría tardaría unos meses, pero el resultado de su abogado defensor no cambiaría nada, por eso no le interesaba nada de lo que él solicitara.

Él solo quiere hablar contigo. Además, mencionó algo sobre una nueva pista.

¿Una nueva victima?

No quiere abrir la boca. Nanami esta por cortar su cabeza al no hacerlo hablar.

Estaré ahí en 15.

Se quería dar una ducha, de hecho, su plan era meterse mientras Yuuji aún estuviera dentro, pero Esou se le ocurrió hablar en el momento menos apropiado. Era una fortuna que ambos usaran condones evitando así mojar demasiado las sabanas del lugar. Idea de Yuuji, se lo agradecería más adelante.

Al terminar de vestirse, abrió la puerta del baño y vio como él seguía bajo de regadera sin hacer nada.

- ¿Yuuji?

DULCE - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora