Capitulo 12

293 48 5
                                    

.

.

.

.


.

.

.

.

.

.

.

.

.

El timbre escolar ecoaba en los pasillos, seguido del estrépito de los estudiantes, que se alejaban ansiosos y desesperados, de la tiranía que suponían sus aulas de clases.

Tras de ellos, en uno de los salones, se situaba un grupo selecto de personas, que por diversos motivos, se descolgaron de las hordas de jóvenes que huyeron de ese lugar.

Entre ese grupo, sobresalían dos que ya habíamos visto antes, los que terminaban de recoger sus cosas de la escuela, con una peculiaridad notable en uno de ellos...

Un semblante sin vida, rodeado de un mutismo sepulcral, como si asistiera a su propio funeral. Sus párpados clavados en la nada, parecían navegar por su subconsciente, mientras sus articulaciones se movían por el reflejo de su memoria muscular. 

Su mundo interno se llenaba de discordia cuando el recuerdo se le imponía una y otra vez, como una cinta de video que no se podía borrar. El recuerdo le generaba una angustia que crecía sin cesar, y que lo hacía sentirse atrapado en un bucle sin salida.

A ese recuerdo le seguían una ristra de imágenes mentales sobre aquella originaria de Japón, que no hacían otra cosa que alimentar la convicción de que había metido la pata…

Al sentir una mano en su hombro, vuelve la vista, y se halla con Ganke, que le regala una sonrisa desganada.

— ¿Qué hay, viejo? —. dijo, mientras le ofrecía la mano para chocar los cinco.

Miles dudó un momento, pero tras reflexionar, aceptó el gesto, y luego apartó la vista hacia un lado. El coreano se extrañó, y frunció el ceño, mientras algunas hipótesis sobre la extraña actitud de su mejor amigo, surgían en su mente.

— ¿Pasa algo? —. El de tez oscura negó con un gesto de cabeza, — Bro, te conozco bastante bien para saber cuando no estás bien... —. insistió el coreano, manifestando su disgusto con esa respuesta.

Miles resopló con frustración, frotándose la nariz con los dedos. «¿Tendría que contárselo?» se preguntó internamente.

Después de todo… Ganke era su mejor amigo desde hace mucho tiempo, no tenía motivos para desconfiar de él…

Sin embargo… algo le decía que esto no iba a salir bien…

«¿Qué hago...? Saben qué, ¡Al demonio todo!» esbozo en su subconsciente, listo para hablar.

— Tengo que hablar contigo. —. Lo soltó así de golpe, que asombró al propio Ganke, quien ya se olía las balas que se dispararían enseguida.

— ¿Sobre qué? —.

— Sobre ella bro. —.

— ¿Peni? —.

— No, Gwen. —.

Con solo mencionar a la rubia, el coreano hizo una mueca de ceño fruncido.

«¿Ella? ¿Cuándo fue la ultima vez que él comento algo acerca de ella...?»

𝙏𝙍𝙐𝙀 𝘾𝙊𝙇𝙊𝙍𝙎; 𝐌𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐱 𝐏𝐞𝐧𝐢 𝐏𝐚𝐫𝐤𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora