𝙏𝙍𝙐𝙀 𝘾𝙊𝙇𝙊𝙍𝙎; 𝐌𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐱 𝐏𝐞𝐧𝐢 𝐏𝐚𝐫𝐤𝐞𝐫

Capitulo 14.

"Uno es para siempre responsable de lo que domestica."

—Antoine de Saint-Exupéry.

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"En la vida de un Hombre, llegan momentos en los qué este, debe de asumir responsabilidades por las decisiones que ha tomado, Miles."

Recuerdo esas palabras de mi padre, cómo si las hubiera escuchado ayer.

Ese discurso de la responsabilidad y de lo que la misma conlleva, eran cosas a las que no solía darle algún tipo de significado o importancia.

Total, '¡Soy un adolescente! Aún soy muy joven para entender esos problemas de adultos...' pensaba.

De saber la repercusión que las mismas tendrían en mi futuro, capaz y no las hubiese ignorado...

Ahora, estoy aquí, subiendo las escaleras hacía la planta alta de la escuela, buscando algo de paz en estos momentos en los que me siento sobrepasado.

Finalmente, llegué. Este lugar siempre me trae mucha paz; Alejado del resto de personas, y en una ubicación que me da una buena vista en donde perderme y olvidar por un momento todo lo que me agobia.

El cielo se veía hermoso hoy; Quizá extrañe el azul claro junto a las nubes solitarias sobrevolando por ahí, pero las nubes grises y el cambio repentino en el color del ambiente, se siente hasta terapéutico.

El revoloteó de las aves resonaba a lo lejos, junto al sonido del viento que silbaba con tranquilidad en mis oídos...

—¿Miles...? —. Escuché. Quería que la tierra me tragase en ese preciso momento...

Debí maldecir a esas escaleras cuando tuve la oportunidad. Subí en búsqueda de algo de paz mental, y termine encontrando el altar de mi ejecución.

Podría sentirme el gélido filo de esa guillotina en la parte trasera de mi cuello, mientras mis voces interiores clamaban por mi cabeza.

Se qué "Mi fin" iba a llegar en cualquier momento, pero no pensé que llegara tan pronto...

Con miedo abrí los ojos; El color gris de las nubes ya no me transmitía calma, ni siquiera el insistente y ahora tedioso, sonido del viento.

No tenía alguna forma de escapar, y si aún así la tuviera, sería muy cobarde de mi parte. Tampoco había un medio que nos mantuviera separado un poquito más, en los que trataba de pensar en una alternativa.

Éramos ella y yo, solos en este lugar, por razones desafortunadas...

Por un momento, siento un sutil tacto en una de mis manos, la cual se apoyaba del borde del ventanal.