Capitulo 4

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El alfa seguía intentando abrir la puerta sin utilizar su kosei, pero no le quedaban más opciones que probar. Empujó, rompió, intentó quemar, pero sin éxito, seguramente el peliverde estaba apoyado en la puerta. Realmente no quería utilizar su kosei, porque podría dañarlo, pero no dudo en hacerlo si eso solo provocaba unas heridas antes que dejarlo en ese estado. Se alejó de la puerta y con una explosión pequeña puedo tirar la puerta abajo.

Se abalanzó sobre el cuerpo de su esposo, cargándolo en su regazo, estaba muy pálido, pero seguía respirando débilmente. Llamó a una ambulancia y les explicó todo lo ocurrido, y en cinco minutos llegaron. Por poco el instinto protector de su Alfa interno casi provoca que los ataque, pero no había tiempo para tonterías, se llevaron a el Omega en una camilla y lo metieron en el carro.

- Sr.Bakugo, si desea, puede acompañarnos- dijo uno de los Betas que asistían. El rubio aceptó y se metieron todos en la ambulancia, por supuesto, el era el que mas abultaba, una escena chistosa si no hubiesen estado en esa situación. Vio la mano colgando de su esposo en la camilla y la jaló fuertemente.

- Ya casi llegamos amor, aguanta...- Decía con angustia el alfa.


                                                                                        ...

Habían ingresado a el peliverde en el hospital, mientras le hacían pruebas de porque no se despertaba, el Alfa se decidió por llamar a la madre de su esposo. Le apuraba llamarla a las cuatro de la mañana, pero era importante. Empezaron a sonar los tonos y al tercero la Omega contesto.

- Katsuki, porque me llamas a estas horas- Dijo somnolienta.

-No te llamaría si no fuera importante, ha ocurrido algo...- El Alfa procedió a contarle todo lo ocurrido con pelos y señales, de alguna manera, sintiéndose culpable por los sollozos que escuchaba al otro lado de la línea.

-Voy a avisar a Toshi y a tus padres, en media hora estamos allá- y sin más cortó la llamada. Justo en ese momento salió una Beta que debía de ser la doctora. Se acercó a él con cautela como si temiese que le fuera a atacar.

- Buenas, ¿es usted el esposo de izuku Midoriya?

- Así es, ¿Qué le ocurre?- Dijo con los nervios a flor de piel.

- bueno, acompáñeme a un lugar más tranquilo y privado, no querrá que esto lo publiquen por alguna parte- Dijo la Beta intentando romper el hielo.

Se trasladaron a un despacho pequeña, ya acomodados, la doctora empezó as hablar:

- Bien, Midoriya por lo que me han contado participó en una pelea anteriormente, y resulta que muestra síntomas de tener una conmoción bastante grave, que, con el tiempo, se ha ido haciendo mayor- Explicó tranquila ella. Prosiguió con más datos:

- Y también hemos visto que esta en celo, lo que es raro en un hombre ya de por si, pero además de esa condición y el accidente no sabemos si el bebé podrá salvarse o no, estamos haciendo todo lo posible.

El rubio derramo una lágrima, podría perder a su cachorro, y puede que a su esposo, el amor de su vida.

- Bueno, quédese cerca de la sala en la que esta su esposo, y nada mas tener noticias, se las haremos saber, ahora, con permiso, me retiro, puede quedarse aquí el tiempo que desee pero recuerde lo que le he dicho, las noticias y/ o familiares estarán allá, buenas noches.

Y sin más se fue, dejándolo solo. Solo con sus pensamientos.


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