𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨.

220 34 1
                                    


Narrador Omnisciente.


Un ligero zumbido lograba escucharse a lo lejos, acercándose rápidamente siendo más claro en segundos, al igual que ligeras gotas de lluvia golpear el rostro de aquel cuerpo tendido en el suelo.

Sirenas, eran sirenas.

Era todo lo que alcanzaba a percibir Andrea estando inconsciente, muy apenas logrando divisar un par de luces de forma borrosa al igual que una persona frente a ella intentando llamarla.

-¿Estás bien?, ¿Puedes escucharme?-. Para aquel momento su vista se tornaba roja, su sangre resbalaba lentamente por su frente hasta lograr alcanzar sus ojos con ayuda de la lluvia.

-Mujer no identificada, parece tener unos veintitantos años golpeada por un camión, inconsciente y en condición crítica. El conductor del camión está ileso, se cree que dos estudiantes de preparatoria también fueron golpeados, actualmente están perdidos. Se está realizando una búsqueda, solicitando apoyo de inmediato, fuera.

Estaba muriendo, ella lo sabía.

Lentamente comenzó a cerrar sus ojos después de haber mantenido la mirada perdida terminando por aceptar su destino más una voz se hizo presente durante esa transición.

-¡Jonal!, ¡Anipa bayhebu!¡La took!

A n d r e a.

- Epabuhis! Tauwka serio kwa! Pahail za!

¿Eh?, ¿sigo viva?

Cuando por fin desperté, lo primero que pude notar fue una potente y deslumbrante luz que causó que entreabriera mis ojos. Pasados unos segundos mis ojos se empezaron a acostumbrar a esa luminosidad y lo primero que ví claramente fue a una mujer castaña que me veía directamente.

¿Quién era?

A su lado, un hombre igual de castaño y de edad cercana a la mujer, me miraba con una sonrisa; parecía arrogante y fuerte con músculos envidiables.

-Evum on. Nora iv aihen kap.- La mujer me sonríe de forma agotadora diciendo cosas extrañas.

¿Qué demonios está diciendo?

Estaba un tanto mareada, no podía escuchar claramente y tampoco comprender nada en lo absoluto. Aquel hombre se acercó comenzando a realizar expresiones que se supone que serían graciosas al tomarme en sus brazos.

Si no fuera porque voy despertando de la muerte, estaría completamente roja por ser tomada en los brazos de un hombre así.

Oí la voz de una tercera persona en la habitación, aunque no sabía de dónde provenía ya que todavía no veía con nitidez. Intente incorporarme y preguntarles dónde estaba y quiénes eran, porque aunque no solía ser alguien social todavía conservaba un mínimo de habilidades sociales, o al menos era capaz de preguntar algo tan simple como eso.

- Ah, ah....- Pero cuando intenté hablarles, fui incapaz de distinguir si lo que salió de mis labios fue un gruñido. Y es que no podía ni moverme, me sentía incapaz de mover mis muñecas y mi cuerpo en general.

Esto ya era el colmó.

Fue lo que pensé al lograr divisar mi figura por medio de un espejo.

[...]

Ha pasado ya un mes desde ese acontecimiento. Por lo que he podido comprobar, da la impresión de que eh reencarnado; porque me he convertido en un bebé. Pude confirmarlo mientras me llevaban en brazos al pasar frente a un espejo y vi mi reflejo, aunque no entiendo muy bien como eh podido conservar mis recuerdos.

La primera pareja que pude ver tras nacer parece que son mis padres, seguramente tenían los mismos años que yo en mi anterior vida. Por otro lado, aunque lo sospeche desde un principio, definitivamente no estoy en San Francisco; hablan en otro idioma, las caras de mis padres no tienen rasgos estadounidenses, y el estilo de ropa parecía ser de alguna zona con alta alcurnia.

Además de que había muchas personas vestidos de sirvientes, robots y androides. ¿Acaso estoy en el futuro donde ya se ha desarrollado todo esto?

[...]

Ya han pasado seis meses desde que reencarné, y escuchar a mis padres hablar durante este tiempo me ha ayudado a comprenderles mejor, pero parece que aprender un idioma puede ser más o menos complicado en función de tu idioma nativo. Aunque es posible que la mente de este nuevo cuerpo sea excepcional...Me es fácil recordar cosas, pero otra posibilidad sería que tengo el cerebro de un recién nacido.

También quiero recalcar que por fin eh conseguido gatear.

Nunca me había sentido tan agradecida por moverme con libertad.

-¿Es malo que sea curiosa?, con esto estoy más tranquilo que cuando nació y no lloró.

-Tampoco es que llore ahora.

Mis padres tuvieron esta conversación cuando me vieron por primera vez ir gateando por todas partes, además ya estoy algo mayorcita como para llorar cuando estoy hambrienta. En el momento que pude gatear, fui capaz de comprender muchísimas cosas. Lo primero de todo, que está familia vivía en una villa de una montaña aislada sin embargo, esto no duró mucho ya que terminamos trasladandonos a Theed, una ciudad del planeta Naboo.

Dicha ciudad tiene un estilo arquitectónico unificado y armonioso de edificios de bloques de piedra arenisca con rejas verdes, además de museos, escuelas y salas de conciertos se encontraba el palacio real.

El paisaje que podía verse por las ventanas era difícil de ver por la altura, muy apenas se alcanzaban a distinguir un par de prados junto a pequeñas casas a su alrededor, no negare que me costaría adaptarme después de todo en mi anterior vida simplemente tenía un apartamento rentado que a duras penas podía pagar. En fin, esa forma de ver las cosas termino una tarde cualquiera sin nada que hacer, en la que me subí a una silla con la intensión de admirar el paisaje como hacía a menudo. Cuando me asomé, me sorprendí enormemente al ver a mi padre dando espadazos con una especie de sable láser intentando golpear a alguien.

¿Pero qué mierda?, ¿qué demonios era eso?

Me caí de la silla de la impresión, y aunque con mis diminutas manos intente agarrarme de la silla, estás fueron incapaces de soportar mi peso y lo primero que impactó en el suelo fue mi cabeza. Oí un grito nada más caer al suelo, al mirar en esa dirección pude ver a una de las sirvientes tapándose la boca con las manos y mirándome fijamente con una expresión de horror.

- ¡Princesa Andrea!, ¡¿se encuentra bien?!- Presa del pánico, corrió a levantarme, me miró a los ojos y llevo su mano al pecho mucho más calmada.

¿Me acaba de llamar princesa?

A los segundos deje de prestar demasiada atención, pues parecía estar fanfaroneando acerca de mi estado, además de que me encontraba completamente confundida ante aquel objeto extraño manteniendo la mirada en la ventana, mi padre por su lado no logro mantener la compostura y cayó al suelo al escuchar el grito proveniente del palacio.

[...]

Pasado un tiempo, comencé a prestar suma atención a las conversaciones de mis padres y de los sirvientes, lo que llevo a encontrar muchos términos que no estaban en mi actual vocabulario. Por el contexto, comencé a entender que aquello que mi padre tenía entre sus manos era un sable de luz y que los
caballeros Jedi eran quienes lo portaban, estos individuos recibían tareas directamente de los Consejos Jedi y se esforzaban para encontrar la paz y el mantenimiento de la República Galáctica.

Ahora que lo pienso me encantaría manejar un sable y probablemente casarme con un Jedi igual de atractivo que mi padre.

Nada de esto era lo habitual, quizás esté sitio no es la tierra que conozco, sino que estoy en otro mundo completamente distinto, con sables y una tal fuerza. Cuando morí en mi anterior vida, mis últimos momentos estuvieron llenos de arrepentimiento, acabe llena de una ardiente inquietud por no haber conseguido hacer nada importante en la vida.

Pero habiendo experimentado todo eso, y manteniendo el conocimiento y experiencia de mi anterior vida, quizá sea realmente capaz ahora...de vivir llena y seriamente.

u & i; we are going to die.   ⸻  Anakin SkywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora