𝐭𝐰𝐨. 𝐜𝐨𝐮𝐫𝐚𝐠𝐞.

164 28 0
                                    


[...]

Una ligera luz tenue molestaba mis ojos por lo que empece a abrirlos lentamente acostumbrando mi vista, suaves escalofríos recorrían mi cuerpo necesitaba buscar calidez, estaba recostada en una cama boca arriba bastante cómoda y con un olor bastante embriagador provocando que hundiera mi rostro en la almohada al momento de girarme buscando otra posición más cómoda. Al pasar los segundos empecé a tener consciencia recapitulando poco a poco lo último que recordaba.

Mi familia.

Pareces disfrutar de una bella siesta.

El haber escuchado otra voz en la habitación encendió todas mis alarmas, abriendo mis ojos de forma inmediata  levantándome de forma apresurada en busca de algún objeto con el cual defenderme.

— Si deseabas acosarme para pedir mi mano, creeme que está es la forma menos civilizada.— Parpadeo varias veces tratando de enfocar mi vista.

Lo único en mi alcance era la almohada que abrazaba anteriormente.

— ¿Acosarte?, parece que alguien tiene que volver a leer el código Jedi...— Ambas cejas de este hombre se alzaron con sorpresa, mi ceño se frunció al escuchar la palabra "Jedi" de su boca.

Oh...mierda, este chico es hermoso.

— He de decir que mis requisitos para mi futuro esposo son con expectativas muy grandes, difíciles de llenar —Declare alto y fuerte después de observarle claramente.— Además no soy de las que se dejan caer tan fácilmente por una sonrisa bonita y nada más que eso.

Tuve que morderme el labio inferior tratando de evitar sentir nervios al verlo recargado en el marco de la puerta, su mirada estaba fija en mi, era como si me estuviera estudiando entonces recordé.

Tenía solamente el vestuario de sirvienta encima, ni siquiera tenía mi túnica para cubririrme eso explica porque sentía frío.

— Te parece bonita mi sonrisa.— Sus comisuras se alzaron revelando una sutil sonrisa.

— Me parece que su autoestima es demasiado alta. Su carácter es tan deficiente como su equitación.—. Hablé en voz alta una vez más bajando la almohada poco a poco pero aún mantenía el ceño fruncido, el chico se enderezó girandose sobre sus propios pies.

— Acompáñame —. Le escuché decir con una gran sonrisa de oreja a oreja como si se burlara de mi, hice una leve mueca.

Necesitaba respuestas, así que le seguí sin rechistar, al parecer nos encontrábamos en una nave, específicamente de las que me pertenecían o al menos a mí planeta antes de la invasión de esos estúpidos droides.

— Aquí esta la chica que salvamos, General Kenobi—. Escuché decir a mi acosador increíblemente atractivo, algo temerosa por el par de desconocidos retrocedí un poco.

— No tema, no le haremos daño. Me llamo Obi-Wan Kenobi, General Jedi al igual que el General Anakin Skywalker, me imagino que debe saber a qué nos dedicamos —. Se dirigió hacia mi con respeto tal y como había leído en los libros, eran todos unos caballeros.

Bueno casi todos.

— ¿A dónde nos dirigimos? —. Pregunté mirando de frente a ambos caballeros hasta sentir un leve empujón, gire sobre mis propios pies escuchando varios pitidos.

R2-D2.—Leí en voz alta al leer el código de éste.

— Debe estar agradecida, este droide astromecánico fue quien la encontró y nos llevó a mi y al joven Skywalker a usted.

Escuché decir al hombre de rasgos mayores, aquello me había enternecido totalmente al punto de dedicarle una sonrisa al droide.

— Perdone el importuno pero me gustaría saber...¿cómo pudo conseguir este sable de luz?, claro con este singular color dorado. Al principio creí que era uno de nosotros pero no reconocí su rostro.

u & i; we are going to die.   ⸻  Anakin SkywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora